Capítulo 3

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El resto de la tarde la pasa hablando con Leticia sobre la campaña de marketing que iban a iniciar para promocionar la película tomando como base lo que su ex dijo en la entrevista. Cuando terminó de hablar con ella, tomó el guión para estudiarlo e intentar ensayar un poco antes de la próxima grabación que sería fuera de la ciudad. 

Uno de los problemas a los que ha tenido que enfrentarse durante el tiempo que lleva como actriz ha sido interrumpir la educación de su hermana—no de manera literal—, pero cada vez que le toca grabar fuera de la ciudad su hermana ha tenido que viajar con ella sin poder asistir a clases durante una o dos semanas, aquello no le gustaba mucho, pues evitaba que ella se viera involucrada demasiado en su mundo.

 En esas semanas sus maestros y algunos compañeros se encargaban de hacerle llegar las tareas impartidas ese día y con su ayuda y la de un tutor particular la realizaba. No permitía que se perdiera ninguna clase, pero le mortificaba saber que Mich no tuviera una vida normal por su culpa. Quería que compartiera con sus compañeros sin restricciones, que fuera a la playa o al cine sin que ningún paparazzi la molestara, creía pedir mucho, pero eso era lo que que más deseaba, aunque dejarla sola en la casa al cuidado de otra persona que no fuera ella no era opción. 

Resultaba muy sobreprotectora, Mich era el único familiar con vida que tenía por lo que haría lo que sea necesario para que fuera feliz y que no le faltara nada, evitaría a toda costa que alguien la lastimara.

 La vida amorosa de Raven era inexistente, tampoco tenía amigos íntimos con los que relacionarse o pasar un rato agradable, por lo general quienes se acercaban a ella buscaban alguna clase de beneficio y cuando alguien no parecía interesado en su fama o dinero, esta se volvía en su contra. 

Los hombres que se habían acercado con alguna intención amorosa eran de una masculinidad muy frágil, verla en alguna escena de película medio desnuda era suficiente motivo para creerse con el derecho a exigirle que abandonará su carrera, con el tiempo descubrió que a lo que mejor podía optar era a un hombre que entendiera su mundo, por eso cuando Jeff apareció en su vida logró que se ilusionara creyendo que podría tener una relación estable con alguien que la amara y la respetara, pero a la larga resultó un imbécil más del montón, y no cualquiera, sino uno de los peores. 

Para Raven fue un alivio saberse ilusionada más no enamorada, total, estaba acostumbrada a las decepciones, por lo que la traición de Jeff solo le provocó un enojo inmenso al saber como insistía en difamarla antes los medios de comunicación. 

Cuando terminó de repasar el guión que tenía entre sus manos decidió preparar la cena y luego ir a buscar a su hermana a la habitación. Después de una pequeña insistencia logró que esta saliera de su encierro, pero seguía sin querer dirigirle la palabra. 

Llegaron a la mesa en silencio, la paciencia de Raven empezaba a agotarse, sin embargo, se dijo que tendría que calmarse si quería tener una conversación tranquila con su hermana. 

—Tengo que grabar unas escenas este fin de semana—comentó sin recibir respuesta alguna—, será fuera de la ciudad—siguió —, es posible que nos tome una semana—finalizó sin que su hermana levantara la mirada de su plato y la dirigiera hacia ella.

—Está bien—fue toda la respuesta de Mich. 

—¿Sabes lo que significa? ¿Verdad? —cuestiona. 

—¿Sabes que no tengo cinco años? ¿Verdad? —argumenta siguiendo el mismo hilo de conversación empleado por su hermana mayor. 

—Mich—un suspiro cansado sale de sus labios como si de alguna forma aquella acción le ayudará a adquirir la paciencia que estaba necesitando en ese momento —. No quiero que sigamos así, sabes que no me gusta esta indiferencia con la que te diriges a mí, te amo más allá de mi vida y todo lo que hago, lo hago por ti, para que seas feliz. 

—¿Y tú felicidad que?—cuestiona sintiendo como sus ojos se humedecen al ver directo a los de su hermana—. Me molesta que estés sacrificando tu felicidad por mí, Raven. 

—Pero es que no considero esto un sacrificio, Mich—defiende con calma. 

—¿Y por qué yo lo siento así? ¿Por qué siento que te estoy arrebatando la vida? No sonríes, no tienes amigos, te la pasas todo el día trabajando y cuando no lo haces te la pasas a mi lado—enumera sintiéndose rebasada—. ¿De verdad crees que eso es vivir? ¿Crees que estar pendiente de mí todo el tiempo es tu misión en la vida? ¿Qué hay de tus sueños, Raven?

—Mi sueño es verte feliz, Mich. Eso es suficiente para mí. 

—¡Pero no para mí! —exclama—. Ya no soy una niña. Estoy agradecida por todo lo que haces por mí, me hace feliz que te preocupes, que me cuides, pero en esa misma medida, esa felicidad que siento se ve extinta cuando veo en que has convertido tu vida. Sé que la felicidad depende de nosotros, también sé que puede ser algo relativo, porque lo que a mi me hace feliz, tal vez a ti no, pero no soy ciega y veo la nostalgia en tus ojos cada vez que vemos una película romántica, también la he visto cuando vamos al cine y ves alguna pareja o grupo de amigos compartiendo. Sé que también necesitas esas cosas y, aunque me tienes a mi y a Leticia, ese sentimiento de soledad te persigue todo el tiempo, no puedes negarlo más, Raven. No puedes seguir así. 

En aquel momento Raven comprendió que si en algo su hermana tenía razón, era en que ya no era una niña, mientras le soltaba aquel monólogo cayó en cuenta de cuánto había crecido Mich. La inteligencia de sus palabras la sumieron en un mar de pensamientos que no le permitieron darle una respuesta coherente a sus argumentos. Además, estaba el hecho de que aunque quisiera no podría, tenía razón y punto. Su vida se había mantenido en pausa desde la muerte de su madre. 

—¿Qué puedo hacer? —soltó una vez sus pensamientos le permitieron una pausa. 

Aquello tomó por sorpresa a Mich quien no esperaba que su hermana fuera hacerle caso, cada vez que tenían ese tipo de conversaciones nunca llegaban a un acuerdo, Mich se encerraba molesta en su habitación y Raven se sumergía en el trabajo hasta que todo desapareciera como por arte de magia. 

Que esta vez fuese diferente no era más que un indicativo de que Raven necesitaba ayuda, estaba rozando el límite y Mich estaba dispuesta a todo para ayudarla. 

—¿Por qué no intentas ponerte en contacto con Viviana? —sugiere Mich examinando el terreno—. Recuerdo que eran muy buenas amigas. 

—Han pasado muchos años, Mich—comenta dándole vuelta al asunto. 

—¿y? Estoy casi segura que le gustaría verte—se encoge de hombros esperando una nueva negativa por parte de su hermana. 

—Bueno, tendría que investigar dónde vive—acepta tras meditarlo unos minutos. 

—En el mismo lugar de siempre —confiesa Mich dándole a entender a su hermana que sigue en contacto con sus antiguos amigos. 

Sus ojos se entrecierran en su dirección en una mezcla de sorpresa y duda. 

—Si quieres podemos ir antes de que tengamos que salir de la ciudad, luego cuando regresemos organizamos algo mejor—propone.

—Está bien—acepta provocando que una enorme sonrisa se dibuje en el rostro de su hermana. 

¿Qué les pareció el capítulo? Me encantaría leer sus impresiones.

Les recuerdo que pueden seguirme en mis redes sociales en interactuar conmigo y conocer detalles sobre los personajes.

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Raven: detrás de las cámarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora