Capítulo 17

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Habían transcurrido dos semanas desde la cita que Leonard consideró como la mejor que había tenido, con el pasar de los días, la ilusión que sintió después de esa noche fue decayendo cuando a la mañana siguiente le escribió a Raven y ella lo dejó en visto. Al principio no le doy importancia, pero al cuarto mensaje enviado y sin respuesta, comprendió que lo ignoraba deliberadamente.

No quería resignarse, deseo seguir insistiendo, la chica le interesaba, pero no estaba dispuesto a sobrepasar el límite de lo correcto para acercarse a ella. Existía una línea muy fina entre alguien muy atento y un acosador, y él no iba a cruzarla, por lo que, después de varios mensajes y un par de llamadas se dio por vencido.

Quiso preguntarle a Mich sobre su hermana, la chica asistía puntual a sus clases, no parecía estar pasando por un mal momento, por lo que creyó que Raven también se encontraba en perfecto estado. Lo pensó bastante para al final decidir lo absurdo de la idea. No podía ni debía involucrar a una adolescente, que además era su alumna, en un problema de dos adultos.

Se sentía desanimado y hasta desorientado. Buscaba entender qué paso, qué hizo mal, ¿por qué aquella distancia? Se preguntaba una y otra vez lo mismo.

Después de dos semanas sin noticias, sin animo de salir, decidió aceptar la invitación de su amiga Marian y su grupo de teatro a la premier de una película que se estrenaría en los próximos días.

Necesitaba despejar su mente, dejar de pensar en ella. Se vistió de manera elegante por surgencia de su amiga y salió con rumbo al cine donde se llevaría acabo la premier. Antes de ingresar esperó por momento a su amiga alejado de la entrada, esta se encontraba saturada de periodista quienes buscaban alguna exclusiva por parte del elenco.

Marian apareció luciendo impecable en un vestido de gala de color negro, sujeta del brazo de un chico que no conocía y seguida muy de cerca por otra chica que se ganó su apreciación con solo un vistazo.

–––Llegas tarde––odiaba la impuntualidad y su amiga lo sabía.

–––Deja de ser tan mal educado, Leonard. Quiero presentarte a Rafael y a su hermana Bianca, estamos aquí gracias a ellos––reprendió en un noto sarcástico.

–––Un placer––saludó recuperando la cortesía.

–––No mentías, si es bastante guapo––murmuro la chica en dirección a Marian, pero él pudo escucharla perfectamente.

–––Escuché.

–––No era un secreto, querido––afirmo Bianca con confianza––. Supongo que tú serás mi acompañante esta noche––prosiguió.

–––Ah, ¿sí? no estaba enterado de ello–––dirigió la mirada a su amiga con una ceja arqueada.

––Ahora lo estás––se limitó a responder Marian con una mirada de advertencia.

–––Si no tengo más opción––se encogió de hombros.

––No es una opción, cariño, es un placer, o al menos lo será después al finalizar la noche––una carcajada escapó de la boca de Leonard al escuchar la seguridad con la hablaba la chica.

––Eso espero, porque por lo que veo no tengo derecho a una devolución––extendió su brazo hacia ella con la intención de que lo tomara, y así lo hizo. Caminaron juntos uno al lado del otro siguiendo a su amiga y al hermano de la chica.

Al colocar un pie sobre la alfombra roja que se extendía sobre la entrada, una lluvia de flases fue disparada en su dirección.

––Rafael, Bianca, ¿qué hay de verdad en la incorporación de Raven a la filmografía de la familia Sandoval? ––preguntó uno de los periodistas acercando un micrófono a su acompáñate.

Escuchar su nombre le hizo alzar la cabeza y recorrer el lugar con la mirada en busca de su presencia. Lo que menos imaginó Leonard al aceptar la invitación de Marian, era el hecho de encontrarse con Raven en aquel lugar. Tenía claro la influencia de la actriz, sabía algo de la proyección que alcanzó en el ultimo año, pues lo había googleado, sin embargo, le tomó por sorpresa que el nombre de su acompañante sonara en la misma oración que el de ella.

Detuvo por un momento sus pensamientos y se concentro en la respuesta que daban los hermanos a la pregunta realizada por el periodista.

––Estamos trabajando en ello, es lo que mas deseamos en estos momentos, pero no depende de nosotros––respondió Rafael como si no fuera la primera vez que le hicieran esa pregunta.

–––¿Entonces de quien depende? ––insistió el hombre sin alejar el micrófono de ellos.

––De Raven–– respondió Bianca en el lugar de su hermano––. Aún estamos tratando de convencerla para que firme con nosotros.

––Háblanos de tu acompañante, Bianca––la pregunta fue realizada por una chica que se encontraba a la izquierda de Leonard haciendo que se tensara.

––Es un amigo muy especial––comentó, con remarcada entonación en "Especial" provocando una sonrisa genuina en el rostro del hombre.

La chica no se conformó con esa respuesta, estaba dispuesta a seguir indagando en el tema, pero un alboroto detrás de ellos llamó la atención de todos.

Leonard giro siguiendo a la multitud, y hubiese proferido no hacerlo, porque en ese momento sintió como una corriente eléctrica le recorrió todo el cuerpo cuando la vio.

Después de dos semanas estaba delante de si, la mujer más hermosa que había visto en su vida. Raven caminaba por la alfombra roja como una reina de belleza, un adjetivo y un sustantivo que no le era indiferente, según él, ella era una reina y una belleza. Con pasos llenos de seguridad, luciendo sensual y con una deslumbrante sonrisa en su rostro, avanzó ignorando a los periodistas que insistían en una breve entrevista con ella.

––¿La conoces? ––pregunto su acompáñate en su oído.

––Más o menos––a su respuesta le siguió un asentimiento de cabeza.

Bianca no insistió, tiró con disimulo de su brazo para hacerlo salir de su aturdimiento. Cuando lo hizo y justo en el momento en el que iba a girar para seguir su camino dentro del cine, su mirada se encontró con la de ella y el tiempo se detuvo en ese preciso instante.

––¿De dónde la conoce? ––Bianca escuchó preguntar a su hermano. La pregunta no iba dirigida a ella, sino, a Marian, la amiga de Leonard. Llena de curiosidad giró hasta quedar frente a ellos con la intención de oír la respuesta que Marian daría.

––No creo que este sea el lugar adecuado para hablar de ello––informó, y los hermanos no le quedó de otra que darle la razón. Algún periodista podría escuchar y la prensa amarillista haría un festín con eso. En ese momento, aquel tipo de publicidad no le haría bien a la empresa de su padre que buscaba firmar con la actriz.

Bianca se acercó una vez más hacia Leonard y, le susurró al oído para que avanzara, él se quedó rezagado contemplando a Raven sin disimulo. Su presencia allí lo tomó desprevenido, por eso agradeció una vez más la intervención de su acompañante que lo hizo reaccionar. Aparto la mirada de ella y prosiguió su camino con su pareja del brazo. 

Raven: detrás de las cámarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora