Capítulo 7

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—Debiste verlos, se lanzaban dagas con los ojos—comenta Mich provocando que una carcajada estruendosa salga de la boca de Viviana rompiendo el silencio de la habitación con su sonido. 

Raven las observaba desde una de las repisas en la que se acomodó para poder leer la nueva propuesta que le envió su representante en la mañana, para actuar en  un comercial.

 Hace aproximadamente una hora su mejor amiga llegó al apartamento con su hijo en brazos para pasar el día con ellas. 

Estaba feliz por tenerla en casa junto a su sobrino, desde su reconciliación siempre buscaban la manera de reunirse y pasar tiempo juntas, pero lo único que había  hecho fue entablar conversación con su hermana pequeña burlándose de ella y de lo acontecido en la reunión escolar con el profesor de química de Mich.

Deseaba poder olvidarse del acontecimiento, que, aunque había sentido cierta atracción por aquel salvaje sujeto, no deseaba volver a encontrarse con él en la vida. Aquello era una misión imposible, lo tenía claro, sabía que por obligación tendría que verlo cada vez que fuera convocada para una nueva reunión estudiantil en la que Mich se viera involucrada, aunque si de ella dependiera no se cruzaría con él de nuevo.

Sí, definitivamente, habría dado cuando pudiera para que sus caminos no volvieran a cruzarse. 

—La mejor parte fue cuando ambos se recorrieron con los ojos, la tensión sexual se podía palpar. Pensé que eso solo era posible en los libros que leo—continúa Mich haciendo que Raven rodara los ojos que luego entrecerró en su dirección. 

—¿Qué clases de libros lees? —indagó la hermana mayor siendo consciente de que ella misma era quien le comparaba dichos libros. Sólo quería desviar el tema a otro asunto que no fuera el papelón del que fue protagonista.

Conocía muy bien la pasión de su hermana por la literatura, cada vez que le pedía un libro se aseguraba de que este pudiera ser leído por una chica de su edad. Ella más que nadie sabía por experiencia propia del auge de la literatura erótica y el dark romance, de su influencia en las mentes jóvenes, aunque éstas insistían que todo era ficción y que sabían separarla de la realidad. 

No tenía nada en contra de los géneros, además de que confiaba plenamente en Mich, pero le preocupaba la desinformación con la que muchos autores tocan ciertos temas en la literatura y la fragilidad de las mentes jóvenes quienes consumían ese tipo de libros sin filtro alguno. Por eso siempre se aseguraba de hablar con su hermana sin tabúes y de que no consumiera esa clase de literatura, no al menos mientras siguiera siendo menor de edad, si al cumplir la mayoría deseaba hacerlo, ella no se lo impediría, sin embargo, cuando llegara ese momento estaría tranquila al saber que su hermana tendría la madurez suficiente para saber que la ficción sí afectaba la realidad. 

Como imaginó, su pregunta fue ignorada por ambas mujeres quienes siguieron su plática sin prestarle la mínima atención.

Un largo rato después se levantó de la silla con el único objetivo de estirar las piernas y preparar algo de comer. No pasó desapercibida la mirada de las otras dos mujeres que hablaban en el sofá. Comenzó a sentirse molesta ante el escrutinio al que estaba siendo sometida, tuvo la intención de ignorarlas como ellas habían estado haciendo toda la mañana.

Al final no lo resistió y con un bol con fruta en las manos se dirigió a uno de los sofás hasta quedar frente a ambas entrecerrado los ojos en su dirección en una clara evidencia que mostraba que se percató de la actitud sospechosa que tenían.

—¿Qué están planeando?—cuestionó sin más. No podía sacarse de la cabeza que esas dos planeaban algo y que ella se vería involucrada aunque no quisiera —. Van a decirme algo o tendré que sacarle la información a la fuerza—prosiguió al verlas quedarse calladas.

Raven: detrás de las cámarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora