Lauren supo que era Camila antes de descolgar el teléfono. Resultaba imposible que olvidara el fiasco de la cita doble de esa noche sin revivir cada detalle. Se había acostumbrado a sus exhaustivos análisis, y la mayoría del tiempo no le importaban. El ingenio y la lengua afilada de Camila convertían sus monólogos en algo muy interesante ya que siempre conocía a los participantes.
Salvo que esa noche Lauren era una de ellos, y no sentía mucha inclinación a discutir hasta la una de la mañana sobre las torpezas que había cometido.
Alzó el auricular.
— ¿Te despediste de Ariana con un beso?— inquirió Camila.
— Hola a ti también. No, no lo hice. ¿Y tú?
— Él me dio un beso en la mejilla.
— ¿Cuál?
— La de la cara— repuso tras un momento.
— Ah— se dirigió a la nevera. Era tarde, así que se decidió por un jugo de naranja. Sacó el envase de plástico y cerró la puerta con el pie, luego fue hasta el sillón de terciopelo y se dejó caer en él.
— Lo que no puedo entender es cómo Ally pudo imaginar que me iba a gustar— continuó Camila—. No era capaz de hablar de otra cosa que no fueran pechos. Por favor. Como si a mí me importaran las ventajas de una sustancia salina sobre la silicona.
— Se ofreció hacerte un buen descuento.
— No necesito tetas más grandes. ¿O sí?
— No— imaginó sus pechos y al instante se puso a sudar.
— ¿Estás segura? ¿Sabes?, nunca los has visto.
— Puedo ver que son estupendos, Camila— se secó la transpiración de la frente y deseó que la castaña cambiara de tema—. No necesitas nada más grande.
— De acuerdo. Tomen, pequeños. ¡Pollo, qué rico!
— ¿Camila?
— ¿Qué?
— Si vas a emitir sonidos tentadores para tus perros cuelgo.
— Aguarda un momento. Debo cambiarles el agua.
Lauren aprovechó la oportunidad para abrir la botella de plástico del jugo y dar un buen trago. La bebida dulce la ayudó a disipar el sabor amargo que le había dejado la cita esa noche.
Ally las había convencido para aceptar, insistiendo en que era el momento perfecto para ver a otras personas. Luego podrían echar un vistazo más sereno a lo que Lauren había llegado a pensar como “El Plan”. Por lo que esa noche había salido con una abogada de la oficina de Troy, y Camila con un cirujano plástico amigo de Ally. Asistieron a un concierto en el Lincoln Center y luego fueron a cenar a un restaurant chino. Tendría que haber sido una cita agradable. Ya habían hecho lo mismo antes, con citas diferentes, desde luego, y siempre habían pasado una velada normal.
ESTÁS LEYENDO
¿Amor, amistad o sexo? (Camren G!P Fanfic)
FanfictionLa agente de bolsa Camila Cabello pensaba que lo tenía todo: un trabajo estupendo, un hogar magnífico, un cuerpo decente, dos perros por compañía... y demasiadas noches en que dormía sola. ¿Dónde estaba su pareja perfecta en ese cuadro? Más cerca de...