Capítulo 27

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Camila colgó el teléfono. Había hecho algo por completo nuevo. No había ido a trabajar alegando que estaba enferma. Una vez incluso fue a trabajar con neumonía, pero ese día, a pesar de que el estómago no le daba muchos problemas, no era capaz de enfrentarse a los teléfonos, ni a los jefes ni a los otros agentes. Necesitaba estar sola.

Eran más de las nueve y aún no se había quitado el camisón. En ese momento lo que no sabía era si volver a meterse en la cama o darse un baño.

Ganó lo segundo. Dejó la taza de café vacía en el fregadero y se dirigió al baño. Abrió la llave, ajustó la temperatura y echó sales en el agua. El aroma a lavanda impregno rápidamente la atmósfera, relajándola casi de inmediato.

Se levantó y cerró la puerta. Se quitó la bata y el camisón, y se observó en el espejo. Aún tenía el estómago plano, no había ni rastro de lo que pasaba en su interior.

Todo eso iba a cambiar. El estómago le crecería, los pechos se le pondrían grandes. Le saldrían estrías, y después de tener al bebé, era posible que perdiera peso, pero nunca más recuperaría ese cuerpo. Desde luego, planeaba inscribirse en las clases de gimnasia, para embarazadas, pero había hablado con suficientes personas como para saber que, para las mujeres mortales como ella, algunos cambios resultaban inevitables. Quizá Madonna pudiera tener un hijo y seguir posando desnuda, pero para Camila quedaba descartada la posibilidad de un reportaje, un gráfico para PIayboy.

Sonrió, como si en ese momento aporrearan su puerta.

Contenta de ver que le quedaba algo de sentido del humor, se metió en la bañera y suspiró.

Durante largo rato apenas hizo nada, salvo respirar. Si pensaba, era para relajar los músculos.

Su hijo. Lo amaría y lo criaría del mejor modo que supiera. Se dio cuenta de que no era ningún error. Era un don. Algo que ni siquiera había sabido que quería.

El bebé era de las dos. No sabía por qué le llegaba con tanta profundidad, pero era la verdad. Nada de lo que le sucediera el resto de la vida modificaría ese hecho. Lauren y ella habían creado juntas una vida, nacida de un amor tan fuerte que desafiaba descripción.

No era el tipo de amor del que había oído hablar en cuentos y en películas, pero eso no disminuía ni un ápice su fuerza. ¿Y qué si no se casaban, si vivían en apartamentos separados? Querrían al bebé de la misma manera. De hecho, no se le ocurría otro bebé en el mundo que pudiera tener una mejor madre que Lauren.

El pequeño estaría rodeado de amor. Lo recibiría de sus tías Ally, Dinah y Normani, y de su tío Troy. Y él o ella tendría un mejor amigo de su misma edad, alguien con quien jugar y crecer y de quien quejarse.

Tampoco Camila se encontraba sola, aunque de repente deseó que su madre siguiera con vida. Cuánto deseaba hablar con ella sobre ese acontecimiento increíble.

Al día siguiente iría a ver al médico. Y en cuanto le confirmara el embarazo, se lo contaría a Lauren. Su reacción ya no la preocupaba.

Lauren necesitaría un tiempo para adaptarse, del mismo modo que ella lo necesitaba, pero lo conseguiría.

¿Amor, amistad o sexo? (Camren G!P Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora