Capítulo 14

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Se lavó los dientes, usó el enjuague bucal, se quitó el maquillaje y se cepilló el cabello. En todo momento recordó que nada podía salir mal. No con Lauren a su lado. 

Tras un último vistazo al espejo, recogió la ropa, respiró hondo y abrió la puerta. 

El fuego era la única luz en la habitación. Lauren ya se había metido en la cama, sentada, con la espalda apoyada en las almohadas grandes. De haber estado desnuda, quizá se hubiera asustado, pero los pijamas eran una ropa práctica.

Fue al armario, metió sus cosas dentro y se volvió para contemplar la cama. Se preguntó cuánto podía ver Lauren con esa luz, y si le gustaba lo que veía.

— Oh, Dios— musitó Lauren.

— ¿Qué sucede? 

— Eres tan hermosa. 

Las palabras parecieron flotar sobre ella, agitadas por las sombras que danzaban sobre la pared. Lo creyó. Avanzo hacia la ojiverde, sintiendo su mirada y deseó decir algo apropiado, significativo. Quería que supiera cuánto le importaba y cómo saber que Lauren estaba allí le daba valor para seguir andando. Pero no logró juntar las palabras al llegar a su lado y ver que apartaba el edredón, las palabras ya no parecieron importantes.

Se deslizó junto a su cuerpo hasta que sus costados se tocaron. Lauren la tapó con el edredón, luego le tomó la mano y se la apretó con suavidad. 

— ¿Estás nerviosa?— inquirió Camila. 

— Un poco— repuso. 

— Yo también— reconoció ella— Más o menos. 

— No tenemos por qué hacer nada. 

— Lo sé— Lauren movió la mano y Camila sintió que con el pulgar le acariciaba la palma. Fue un contacto ligero y adorable—. ¿Tu quieres?— susurró. 

— Sí, si tú quieres. 

— Yo sí— convino ella.— Creo. 

— ¿Crees? 

Asintió y al final hizo acopio de coraje para mirarla. La preocupación que Lauren sentía por ella resultaba tan obvia que le produjo un nudo en el pecho. Lauren le sonrió. Tenía un rostro hermoso, y no solo por los rasgos clásicos, sino por la amabilidad que irradiaba. Porque estaba llena de amor.

— Acostémonos— después de quedar de espaldas en la cama, la puso de costado y se acurrucó detrás de ella. Con el brazo en torno a su cintura Camila sintió su aliento en el cuello—. Nos quedaremos así un rato— sugirió Lauren—. Charlaremos.

— Me gusta.— afirmó, acostumbrándose a tener su cuerpo tan cerca, haciéndole saber que no tenía prisa. O quizá que no deseaba hacerlo. Se sintió un poco desilusionada, pero no mucho. Probablemente era lo mejor. En realidad, se sintió aliviada. Había desaparecido la presión y podía relajarse.

Pero entonces se movió. Tardó un minuto en darse cuenta de lo que tenía apoyado contra la cadera. Contuvo el aliento, cerciorándose de que lo que sentía era de verdad lo que creía que sentía.

Oh, sí. Lo era. No la había abrazado porque no la deseara, sino porque la había visto titubear.

Entonces lo entendió. Su cuerpo le había dicho lo que sus palabras no podían. La deseaba. Lauren estaba lista. Pero dependía de Camila dar el primer paso. 

Era Camila quien debía decidirlo. Lo único que tenía que hacer era bajar la mano y tocar. Volverse y besarla. Lo anhelaba. La reacción de su cuerpo ante Lauren la delataba. El estómago contraído, la presión en los pechos. El modo en que necesitaba apretar las piernas. 

En todos los sistemas brillaba la luz verde todo era perfecto nada la detendría.

Salvo el hecho de que sabía, con todo su corazón, que aquello estaba mal.

— ¿Qué sucede? 

Camila no había dicho ni una palabra. No se había movido, ni siquiera respirado, pero Lauren había percibido la diferencia. No quería contárselo, pero de todos modos Lauren lo había sabido. 

— No sé como explicarlo— comenzó—. Pero, hmm, no estoy... Quizá no deberíamos... 

— ¿Hacer el amor? 

— Hmm...

Esperó que Lauren dijera algo, pero no lo hizo. Centró la atención en su cuerpo, con la esperanza de poder leerlo con la misma precisión que había demostrado Lauren con ella. No apretó la mano sobre su cintura, no movió las piernas. Y la prueba más obvia de su disposición a continuar no se encogió. Lo único que cambió fue su respiración sobre su cuello. Se tornó más pausada, y durante un momento cesó por completo. Tras varios segundos lo sintió exhalar.

— ¿Estás furiosa conmigo?— preguntó Camila, rezando para no haber cometido un daño irreparable con ese plan demente. El viaje y el tiempo que habían pasado en esa habitación le habían demostrado que Lauren era la persona más importante en su vida. Las relaciones iban y venían, pero Lauren... sería suya para siempre, si no estropeaba las cosas. 

— Claro que no— respondió la ojiverde—. Te mentiría si dijera que no me siento un poco decepcionada, pero lo superaré.

— ¿Por qué? 

— ¿Por qué lo superaré? Porque no tengo doce años. 

— No, no me refería a eso. ¿Por qué estás decepcionada?

— Hmm, ¿no es obvio? 

Camila sintió que movía las caderas y eso le recordó que, a pesar de su amable aceptación, su cuerpo había estado listo para despegar cuando Camila apretó el botón de abortar la misión.

— Quiero decir, ¿estás decepcionada porque no tenemos sexo o porque querías que la relación, ya sabes, cambiara?

¿Amor, amistad o sexo? (Camren G!P Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora