ARDIENTE COMO EL INFIERNO

1.8K 175 46
                                    


Ao Bing se sentía tenso.

Sus manos sobre el volante estaban rígidas, casi tanto como el hombre a su lado.

Li Yunxiang se mantenía mortalmente callado. Sus puños fuertemente apretados sobre sus piernas. Ninguno había dicho nada desde que salieron de la oficina del señor Guang. Ambos estaban molestos, cada uno por distintas razones.

El rubio fue el primero en romper aquel tenso silencio:

-Yunxiang, debes calmarte-concilio Bing, pero fue ignorado por su compañero. Ao Bing resoplo molesto- Deja de ignorarme... Te comportas como un idiota.

-Si soy un idiota... Un idiota por pensar que un hombre como tu padre sería amable con alguien como yo.

Ao Bing freno con brusquedad. Haciendo que ambos cuerpos fueran sacudidos con fuerza.

-¡Deja de hablar así de mi padre! No se porque se comportó como lo hizo hoy, pero el no es como tu piensas; mi padre no es el monstruo que tu cres.

-¡Claro que no es un monstruo! Solo es otro riquillo clasista...

-¡¿Eso es lo que crees de mi?!, ¿eso piensas de mi familia? -Ao Bing ya estaba gritando-. ¡Que todos nosotros solo somos personas arrogantes y vanidosas, que pisotean a los demás para su propio beneficio! Que poco me conoces Li Yunxiang... Sal de mi auto.

Solo después de ver al rubio lleno de rabia, fue que Yunxiang se dio cuenta de su error. Porque si había algo que hacia enfadar al rubio, era que hablaran mal de su familia.

-Ao Bing, no queria... No quise decir eso. Fue un error...

Pero Ao Bing ya estaba en su limite.

-Te dije que bajes del auto. Regresa caminando a tu casa, no pienso llevarte.

Li Yunxiang no se movió de su sitio. Se quedó mirando el perfil de su novio; esta vez se había pasado de la raya.

Ante su falta de cooperación Ao Bing fue quien se movió; salió del auto azotando la puerta. Comenzó a caminar hacia el terreno que tenía delante y poco le importaron los pasos que le seguían.

Enserió estaba molesto.

Desde que se conocieron, el mayor defecto que Ao Bing podía resaltar de su novio, era ese extraño odio que sentía hacia la gente adinerada. Nunca preguntó el porque, pero supone que alguna mala experiencia, debió de haber desencadenando aquel odio desmedido hacia gente como el y como su padre. Y aún con ello; no ha habido un solo día en el que el rubio no le demostrara que se equivocaba con respecto a ellos.

"Aunque estés bañado en oro, tu ética y tu moral son quienes deciden tu valor"

Esa frase, era algo que Ao Bing le repetía a Yunxiang cada que se ponía con sus perjuicios tontos. Pero en esta ocasión, su paciencia se había acabado. Necesitaba fumar o terminaría estrellando la cabeza de su novio en el asfalto.

Rápidamente se metió un cigarro a la boca y enseguida lo encendió. Su cuerpo se comenzó a relajar ante la presencia de la nicotina y el sabor del tabaco en su sistema.

-Bing... Bing, ¡Bing deja de ignorarme, ya eres un adulto!

-Tu también lo eres, y no por ello dejas de ser un idiota -el rubio, le da otra calada al cigarro y suelta el humo por la nariz.

Yunxiang da dos zancadas más antes de alcanzar a Bing y sujetarlo por la manga de su camisa.

-Te digo que lo siento. Por favor Bing...

NEZHA: EL RENACER DE UN DIOS [Oubing] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora