NEZHA: EL RENACER DE UN DIOS [Oubing]

NEZHA: EL CREADOR DEL CAOS

Li Yunxiang supo que estaba en el hospital por el olor a medicamentos y desinfectante que pico su nariz.
Aún no puede abrir los ojos pero ya sabe que tiene todo el cuerpo molido.
Su mente se encontraba en ese punto entre el sueño y la realidad; escuchaba. Ala gente hablar y moverse a lo lejos pero por más que quisiera despertar sus ojos seguían cerrados.

Dejo que su cabeza trabajará sola, que lo arrastrara al mundo de los sueños y las fantasías...

Entre la nubla de sus pensamientos comenzó a escuchar a alguien repetir su nombre, no más bien gritaba su nombre, era un chico el que repetía su nombre una y otra y otra vez, la voz sonaba desesperada.

Li Yunxiang no podía ver absolutamente nada, pero los sonido eran tan vividos que sabía que aquello no podía ser producto de su imaginación.

Había mucho ruido por todos lados, hasta el punto de ser molesto y agobiante; podía oír cosas cayendo, otras rompiéndose, pero la voz parecía alzarse sobre todo el bullicio, hasta que súbitamente los gritos cesaron y todo quedo en oscuridad y silencio.

El pelinegro despertó de golpe con la respiración acelerada.
Comenzó a recordar; como empezó su pelea con Ao Bing por lo ocurrido en la cena con su padre, las palabras despectivas que uso para referirse al padre del rubio, los golpes que recibió de su novio (los que tenía más que merecidos) y... Y como terminó convirtiéndose en una antorcha humana que se lanzó sobre Ao Bing... Al final, después de haber lastimado al rubio, este claramente se defendió... Había hielo golpeándole con velocidad y eso fue todo antes de caer inconsciente...

Sentía su cabeza latir por los recuerdos... No podía ser cierto todo aquello; el no era ningún personaje de película con super poderes ni nada parecido. El sólo era un chico normal con una vida normal... Seguramente estaba drogado de más.
Intentó levantarce, antes de que unos brazos de piel pálida lo empujaran de vuelta a la cama.

-No te levantes. Tus heridas apenas están sanando.

La chica que lo envió a la cama otra vez, era la misma de la motocicleta blanca, pero no sé parecía en nada a la última vez que la vio en la pista.

-Espera, ¿tu no eres... ? -de nuevo la chica lo interrumpió.

-Soy la Doctora Su, trabajo en este hospital -la castaña comprobó el suero mientras hablaba-, pero respondiendo a tu pregunta; si soy la motociclista de la carrera... En mis ratos libres salgo a competir. Llegaste ayer en mi turno; una mujer te encontró anoche y te trajo... Sería bueno que me dijeras que fue lo que te paso -esta vez la doctora lo miró inquisitivamente. La duda y curiosidad reflejada en sus ojos-. Tus heridas son inusuales.

Li Yunxiang no tenía como responder, ni el sabía exactamente qué era lo que había ocurrido anoche. Había varios espacios en blanco en sus recuerdos... Lo único claro era que Ao Bing había resultado herido. Necesitaba verlo, necesitaba saber que su adorado rubio se encontraba bien.