NEZHA: EL RENACER DE UN DIOS [Oubing]

UN LAMENTO NACIDO DEL ALMA

Mis penurias y lamentos aun no son escuchados.
En la oscuridad y silencio de la profundidad de este bastó mar; las melodías se encuentran congeladas, atrapadas en el tiempo y sin posibilidad de ser comprendidas.

En este mundo mortal; mis aciertos y fallas siempre han sido cuestionados, acorde a los negocios de mi familia, he sido un buen hijo, que sigue las reglas y no cuestiona a sus mayores.
Pará los demás en este mundo, soy una mala persona; mis actos son y serán cuestionables y muy reprochables; mis manos siempre han estado teñidas de sangre y mis bolisllos llenos de dinero sucio.
Y nunca me ha importado, es el camino que han seguido mis hermanos, fue el camino que me enseño mi padre y lo he recorrido con gusto y vanidad, sin ningún arrepentimiento y siempre con la cabeza en alto.

Mis vidas anteriores siempre han sido así, -según lo que recuerdo-. Y nunca me había importado.
No como ahora, no ahora que a aquellos a los que siempre he obedeció y seguí con ojos cerrados, se han visto ofendidos y coléricos por mis actos.
No se discernir si su cólera es solo dirigida a mi desobediencia o a que la persona que se ha quedado con la mitad de mis pensamientos, sea la mítica figura de un demonio con cara de niño.
Sea cual sea la respuesta, no quiero saberla. Mis hermanos y mi padre, ellos están mal por causa mía, y de eso me arrepiento.

Poner sobre sus hombros penurias y disgustos, hacerlos sentirse mal y rememorar viejos temores. Ese siempre será mi mayor arrepentimiento.

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El mundo se ve tan distante, tan inalcanzable, una memoria borrosa. Fantasías que las aguas del mar arrastran lejos de mí.
El aislamiento y la soledad me muestran que los caminos que he recorrido, mis acciones, faltas y desatinos ya deben de ser saldados de nuevo, de nuevo debo ser castigado por el destino... Porque he vivido con demasiada libertad. Y nunca me ha importado... Nunca me había importado demasiado.

Las memorias de un alma vieja, atrapada en los ciclos de reencarnación, siempre dejan consigo sabiduría y reflexión sobre el mundo y sus individuos; yo nunca considere adquirir ni un poco de sabiduría, siempre he sido esa alma descarriada que nunca termina de aprender de sus actos ni de sus errores. Atrapado en los mismos ciclos viciosos y desdichados. Después de mi primer muerte, hace cientos de años, comprendí que no importaba mucho, cuanto intentará cambiar mis caminos o mis actos, al final no servía de nada.
Bueno o malo, justo o injusto, indiferente o no; mi destino ya estaba escrito en piedra y nada lo cambiaría nunca.
Al inicio, lo odie, deteste no poder hacer nada por mi, porque todo ya estaba decidido, la rueda de la vida así lo había marcado y nisiquiera el Gran Señor del mar del Este podía hacer algo; con el paso del tiempo haciendo mella sobre mi alma, me volvi conformista y pasivo.
Dejó de importarme todo y me quedé en la nada.
Las buenas acciones fueron olvidadas cuando no hicieron diferencia alguna al final de mi camino; y los vicios, excesos y el libertinaje demostraron hacer la vida y sus dificultades más llevadera, más sencillas cuando todos parecían poder hacer alguna diferencia en sus caminos menos yo, y aún así, viví sin envidia ente eso.
La desdicha era mía, nadie más tenía culpa de la desgracia que aquejaba mi alma.

-Que importa lo que pueda hacer, al final no servirá de nada. Aprendere a vivir con ello.

Entrar y salir de la rueda de reencarnación, para recaer en lo mismo infinidad de veces, no me importaba.
Solo eran ellos los que me importaban.
Saber que mi desceso era lo que más dolor les causaría; era el último pensamiento de arrepentimiento que experimentaba antes de cerrar los ojos ante el velo de la muerte.

He pasado demasiado tiempo, viendo una y otra vez sus rostros pasar a través del dolor por mis descesos abruptos, me amarga, saber que después de tanto, ellos mismos se han vuelto un poco más tolerantes a ese dolor. A esa pérdida.
Juro que lo intente, intente una y mil veces hacer las cosas mejor, hacerlas diferentes, pero yo también me he rendido.