CAPITULO 22 - FINAL

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8º mes

24 de diciembre de 2019

- Realmente no creo que lo hayas llamado, Lucía. - Alex gruñó mientras terminaba una ducha caliente.

- Por supuesto que lo llamé, Alejandra. Él es tu padre. - Dijo al retocar el lápiz labial de color rojo. - ¿Serías capaz de dejar a tu padre pasar la Navidad solo?

- Y tú, ¿serías capaz de dejar a tu madre sola en navidad? - Rebató en la misma moneda, su tono de voz ronca resonó por las paredes del box.

- Es diferente... - Alex apagó la ducha, Lucía cogió una de las toallas que estaban repasadas sobre la bancada, entregándosela a ella. - Tu padre se arrepintió, pidió disculpas. Mi madre no se preocupa de mi presencia, y mucho menos de nuestros bebes.

- No, no es diferente. - Alex deslizó la toalla por su cuerpo, para luego prenderla encima de los senos. - Lucía, cargué años la culpa de la muerte de mi madre porque aquel hombre me hizo creer eso, y ahora ¿una simple petición de disculpas lo resuelve todo?

- ¿No crees que todos merecemos una segunda oportunidad?

- Depende del tamaño del error. - Alex salió del baño y Lucía suspiró, dejando su maquillaje a un lado yendo detrás de la ojiverde.

- Espera, amor... - Lucía se acercó a su novia. - Lo siento, ¿sí? Por favor, no te enfades conmigo, no pelees conmigo...- Alex  suspiró, sosteniendo el rostro de la castaña y depositando un beso en su frente.

- No estoy con rabia, ni peleando, ¿ok? - Lucía sonrió y asintió, depositando un beso en sus labios. – No puedo creer lo hermosa que te ves...

- Ni siquiera terminé de maquillarme. - Alex giró los ojos, agarrando su cintura.

- ¿Desde cuándo lo necesitas? - Lucía sonrió levemente, adoraba cuando Alex era toda cariñosa y le llenaba de elogios. Alex era siempre muy cariñosa con su castaña, la mujer mayor no podría estar más feliz con eso. Era todo lo que quería. – Tu eres la mujer más guapa del mundo hasta cuando estas despeinada, recién follada, por una mañana.

Lucía soltó una carcajada alta, dando un golpe en el hombro de Alex.

- Idiota. - Lucía se deshizo de sus brazos. - Vete a arreglarte, voy a terminar mi maquillaje.

Lucía se alejó rápidamente, antes de que cediera su voluntad insana de quedarse allí agarrada a Alex.

- ¡Eh! - Alex apuntó a su propio labio. - Mi beso.

Lucía sonrió abovedada y pegó su cuerpo nuevamente al de la ojiverde, sellando sus labios en un beso apasionado.

Largos minutos después, Alex salió de la habitación ya totalmente vestida con un pantalón negro, blusa color vino y una chaqueta de cuero y fue hacia la cocina secando su cabello con la toalla. Alex no era muy fan de vestidos, mucho menos largos. Lucía era amante de ellos, ella vestía uno totalmente negro, un poco suelto y que no marcaba tanto su barriga. Jodidamente hermosa.

Alex sintió su barriga ronronear al sentir el olor delicioso de la comida que las dos habían preparado. Sí, Alex se aventuró en ayudar a Lucía con su parte en la cena.

- Huele delicioso. - Sonrió al ver a Lucía frente a la estufa revolviendo algo dentro de la olla. Fue hasta la castaña y la abrazó detrás, reposando sus manos en el vientre grande de su mujer.

- Alex, ve a ponerte tus tenis. De aquí a poco Sol y Mariana están aquí. - Lucía llamó su atención. Alex encogió la barbilla en el hombro de su novia y besó su mejilla.

MI ALUMNA... MI AMANTE (Luciale) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora