Me enamoré de un ¿medio coreano?

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Dijo... ¡¿Oppa?!

Seung 

Tomo una de las galletas que hay en el platillo y la llevo hasta mi boca, dándole un mordisco de satisfacción al tiempo que veo a la chica enfrente de mí con la mirada perdida. No pretendía decirle justo hoy que el tipo aquel no me caía del todo bien, pero después de sentir su mano toca la mía, fue como un impulso extraño el que me dominó e hizo que hablara. Aunque no me arrepiento de habérselo dicho, me contuve bastante como para no decírselo apenas la vi a junto a él.

Y no me malentiendan, no son celos, solo es un extraño instinto protector. Conocía el carácter de... ¿Tae-oh? ¿Teal? Ahg, el chico ese. Y sabía que podía ser muy adulador y dañino. Pero verla a ella de esta forma me hace pensar si de verdad fue una buena idea contarle. Tal vez tuve que esperar un poco más.

—Entonces... no te cae bien— apoya su codo sobre la mesa mientras me apunta con su mano.

¿Quién? ¿El chico idiota que seguramente se llevó el cuaderno que te regalé? Pfff eso es...

—Exacto—afirmo con un asentamiento.

—Ah... —la noto incomoda cuando lleva la taza a sus labios—, ¿y por qué?— increpa con las cejas fruncidas—. Digo, sí los noté un poco tensos en mi departamento, no soy tan estúpida. Pero... ¿por qué?

¡Rayos! No tengo algo planeado para responder, ahora que lo pienso mejor, no tuve que habérselo dicho sin tener pensada alguna excusa ¿y ahora que se supone que deba decir? piensa chico, piensa. Intento parecer relajado, como si tuviera todo bajo control, pero su mirada curiosa hacia que me sintiera nervioso. Así que sin más, sonrió con culpabilidad y, para mi suerte, veo a un tipo de tez clara y cabello rojo que voltea después de haber tomado el pedido de los de la mesa del frente, y sin previo aviso, lo llamo.

Cuando el chico se acerca, comienzo a hablar con él sobre cuánto le debo y, para hacer más tiempo y que la chica no note que quiero evadir su pregunta, hablo con el tipo sobre si tenían algún otro local, porque lo que servían ahí era exquisito. Mientras él me explica no sé qué cosa, le doy una mirada de reojo a la chica de cabello gris, notando que tiene la boca entreabierta por el asombro «Que suerte que no sabe Coreano» pienso para mi adentro intentando contener una sonrisa.

—¿Qué dijo?— pregunta Liane con la vista en el chico de cabello rojo que acaba de irse con el dinero que le di.

—Que pusieron una bomba en el lugar y debemos irnos deprisa— miento viendo que los ojos de la chica se agrandan. Y sin dejar que Liane responda algo, me paro y salgo por la puerta de esa cafetería.

Miro al cielo mientras suelto aire por la nariz y llevo mis manos a los bolsillos delanteros de mi pantalón. Estaba atardeciendo, y si quería que la chica de cabello gris tenga el mejor tour de su vida, debo aprovechar y llevarla a los mejores juegos que haya en este parque «El carrusel para niños no suena tan mala idea...» Oigo los paso de Liane acercarse más a mí, y siento cuando me toma por el hombro, haciendo que gire sobre mis talones para verla a la cara «Sí que tiene fuerza ¿eh?».

—¡¿Una bomba?!— pregunta exaltada —. ¿Es broma... verdad?— la miro con expresión aburrida, haciendo que ella suelte aire por la boca y lleve una mano a su pecho—. Fiuu, sí, era broma...

Sonrío arrogantemente. Y cuando la chica que tengo enfrente de mi ve la expresión en mi rostro, entrecierra los ojos como si estuviera fulminándome con la mirada y, me da un suave golpe con su puño en el brazo izquierdo.

—¡Auch!— dramatizo, refregándome el brazo.

—Con esas cosas no se juegan jovencito— me apunta con el dedo al igual que una señora de telenovela.