16

3.8K 722 273
                                    


Crearemos un plan... algo cliché.

Okay, es miércoles por la mañana, lindo día, no hace ni mucho calor, ni mucho frío. Dentro de algunos minutos, Tae-oh vendrá a buscarme para ir a ensayar no sé sobre qué cosa. Todo va como debe de ser...

Y se estarán preguntando qué sucedió en los días anteriores, tal vez: ¿qué pasó con Tae-oh? O: ¿Y Estefania? Hasta incluso: ¿Qué ocurrió con Zhao y sus clases de danza?

Pues... se las responderé en orden:

Empecemos por el domingo, ese día en que Tae-oh se puso más raro que la teoría de que Michael Jackson sigue vivo. Bueno, después de su despiadada "confesión" y de dejarme más muda que Ferb de Phineas y Ferb, siguió hablando, sin ninguna gota de vergüenza o pena, nada, soltó todo de golpe:

—No entiendo por qué te sorprende tanto, lo que te digo no es un secreto para nadie. Disfruto de pasar tiempo contigo, Liane. Te lo dije antes, en la carta... —mi boca se entreabrió con desconcierto—. Aunque creo que fue un poco más discreta mi forma de expresarme en ella— prosiguió con los ojos entornados y la vista en otra cosa, como si intentara recordar algo.

Sí, la carta. En ese momento recordé que existía una respectiva carta ¿la recuerdan, cierto? Esa que dejó en mi cuarto cuando, seguramente, roncaba peor que un oso en hibernación. Bueno, sí, había olvidado leerla. En realidad me olvidé de toda su existencia, me disculpo.

—¡Oh, sí! La carta...— dije con incomodidad, bajando la mirada.

—Supongo que te incomoda que hablemos de esto— mencionó con cierta dulzura en su voz.

Y en ese preciso momento me puse más tiesa de lo que ya estaba ¿por qué? Pues su mano, sin previo aviso, se posicionó en una suave caricia sobre mi mejilla, haciendo que lo mire desconcertada y atontada. No sé qué me pasaba, sentía que todo mi cuerpo estaba temblando «¿alguna vez sintieron esa sensación de miedo cuando le envías un mensaje a tu crush y vez ese maldito "escribiendo" que te hace temblar porque no sabes si su respuesta será buena o mala? pues algo así me sentía», aunque intenté hacer lo mejor que pude para que no se notara. «¡¿Y dónde está lo profesional?! ¡¿Y dónde está lo profesional?!» solo gritaba mi mente en ese momento.

—Porque... Liane— se agachó un poco para quedar a mi altura y mirarme directamente a los ojos—, lo que leíste en esa carta, es todo lo que pienso sobre ti. Se sincera ¿te gustó?

Y yo, como una tonta y sin pensar dos veces la engañosa pregunta que había soltado, asentí. Asentí lentamente y con la mirada clavada en él sin haber leído la tonta carta antes. Su rostro, como todo buen actor que es, paso de ser dulce, tierno y comprensivo, a convertirse en uno frío y serio sin emoción alguna.

—No leíste la carta — eso que había emitido no fue una pregunta, si no que había sido una clara afirmación de mi pequeña mentira.

—¿Qué?— fue la única cosa tonta que salió de mis labios al verlo enderezarse y apartarse un poco.

—Que no la leyó— lo miré sin comprender y él soltó un suspiro resignado—. Liane, si hubieras leído la carta, sabrías perfectamente que nunca escribí nada sobre mis sentimientos hacia ti. Y si lo hubiese hecho, no habrían sido cosas muy buenas.

¡Atrapada!

Que estúpida, hay veces en las que me decepciono a mí misma. Pero en mi defensa, cuando una persona te toma de la mejilla y te mira intensamente con esos ojos mieles resplandecientes que amenazan con ver en tu interior, hace que no utilices tu cerebro para nada. Estaba desconcertada, afectada, descerebrada y todo porque él me había atrapado, como un gato capturando a un pequeño y tonto pajarito por las calles.

Me enamoré de un ¿medio coreano?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora