•Amellie Black Lestrange•
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-Eres una chica tan etérea,Black- susurró el pelirrojo para acomodar su cabello -,me vuelves loco-
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Todos los derechos de los personajes pertenecen a J.K. Rowling, excepto algunos añadidos por mi.
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Amellie se quedó paralizada al ver a Sirius allí de pie en la puerta de su habitación.
—P-Papá...
—Amellie.
La chica fue a cerrar la puerta de la habitación cuando una mano detuvo que la puerta se cerrase, no era la mano de Sirius.
Intentó con todas sus fuerzas cerrar la puerta, pero con la fuerza que hacía la otra persona, no lo conseguía.
—Déjenme en paz— comenzó a llorar —...por favor ¡déjenme tranquila!
—Amellie sal de la habitación— ordenó Sirius.
—¡No!— exclamó, logró cerrar la puerta cuando la otra persona dejo dé hacer fuerza —Váyanse ambos— sollozó —Papá, dile que se vaya ¡por favor!.. dile que se vaya.
—Amellie... no llores, mi amor— a Sirius se le rompía el alma ver como su hija lloraba así.
—No intenten hacer una aparición, puse un hechizo.
Nadie contestó. Amellie lanzó un hechizo para que no pudieran abrir la puerta y se sentó en la cama mientras miraba al suelo.
No pasaron unos minutos cuando un golpe sonó en la ventana. Amellie no hizo caso, seguramente fuesen los pájaros que se ponían a picotear la comida que ella dejaba en la ventana.
Pero, al parecer no era eso.
La ventana se abrió, dejando entrar a aquella persona que antes intentaba abrir la puerta.
—¿Qué haces?— Amellie se levantó de la cama, alejándose de él —No te acerques.
—Hola— sonrió sin hacer caso a su comentario —, ¿no me vas a saludar? Hace tiempo que no nos vemos.
Amellie calló un segundo, no sabía porque él estaba siendo así. —Déjame, vete.
—¿Por qué me tratas así?— frunció el ceño —, el que tendría que estar enojado soy yo, nunca me escribiste— reprochó Fred —, nunca respondiste a ninguna de mis cartas.
—Yo...
—¿Tú que?— la interrumpió —, me dijiste que me dejarías llevarte a una cita, y te fuiste y nunca más me escribiste.
No tenía ninguna excusa o justificación, así que solo se calló viendo como Fred la miraba.
El pelirrojo dio un paso hacia adelante, haciendo que ella diera uno hacia atrás para alejarse.
