•Amellie Black Lestrange•
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-Eres una chica tan etérea,Black- susurró el pelirrojo para acomodar su cabello -,me vuelves loco-
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Todos los derechos de los personajes pertenecen a J.K. Rowling, excepto algunos añadidos por mi.
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Entró a aquel restaurante y se sentó en la mesa donde él la esperaba.
—Hola— Amellie saludó, colgando su bolso en la silla.
—Amellie— el hombre rubio la miró —, tengo nuevas noticias para ti.
—Sí, por eso vine— asintió con la cabeza —... ¿y?
—Marcus usó una tarjeta de crédito muggle hace 6 meses— puso unos papeles sobre la mesa —, en Balí.
—¿En Balí? ¿Estás bromeando?
—No— la miró serio —, en Balí compró un billete de ida hacia Italia, pero no de vuelta.
—¿Me estás queriendo decir que Marcus está en Italia?
—En Roma, siendo concretos— tomó un sorbo de su café y agarró los papeles para señala el mapa —De Balí, fue hacia Italia, donde reservó una habitación en un hotel de Roma capital.
—Isaac, no me jodas.
—Te estoy hablando enserio, chica, pero cálmate— suspiró —Él también era mi amigo, ¿sabes?
—Lo siento— sacudió la cabeza —, pero no entiendo que coño tiene que hacer Marcus en Roma.
—La cuestión es que— entrelazó sus propias manos sobre la mesa —... esa habitación de hotel, lleva alquilada 6 meses.
A Amellie le salió un brillo en los ojos, ¿eso quería decir que Marcus estaba bien? —Tenemos que ir.
—Eso pensaba– el ojiazul sonrió.
Isaac Goldstein. Un ex compañero de Amellie en Ilvermorny, que ahora, era detective privado, tanto muggle como mágico.
Después de hablar un rato más con Isaac, Amellie volvió al departamento. Quedaron en irse mañana temprano rumbo a Italia, pero ahora estaba entusiasmada por ver a cierto pelirrojo.
Fue directamente al departamento para darse un largo baño de agua caliente. Y por primera vez en mucho tiempo... se puso un vestido.
Se miró al espejo, no muy segura de ponerse aquel vestido. Era rojo pasión, con la espalda descubierta que le llegaba hasta el final de sus muslos. Se dejó el pelo al aire, agarró un pequeño bolso, y después de ponerse algo de rubor y máscara de pestañas, fue al salón.
—Magníficamente preciosa.
Amellie sonrió a su padrino.
—¿Dónde vas?— preguntó Tonks sonriendo.
—He quedado con... un amigo.
—¿Pelirrojo?— preguntó Remus ganándose un codazo de parte de la Hufflepuff que tenía a su lado.
Amellie soltó una pequeña risa, pero no respondió.
—Quería decirles algo antes de irme— se sentó al lado del hombre —... mañana iré a Italia.
