•Cuarenta y unø•

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HoSeok llegó esa madrugada sin siquiera sospechar lo que había sucedido en su ausencia.

Solo pensaba en darse una ducha rápida para luego ir hasta su habitación y desplomarse en la cama junto a su hermano, era lo único que lo reconfortaba luego de tanto estrés.

Después de algunos minutos bajo el agua caliente, se dirigió a su habitación. Pero, tras encender las luces, detuvo sus pasos en seco.

Lo primero que intuyó, fue que algo malo había sucedido, pues todo allí era un desastre. Varios objetos estaban arrojados en el suelo y la ropa de su hermano estaba desparramada por doquier.

Los cajones del armario de TaeHyung estaban abiertos de par en par y la mayoría se encontraban vacíos.

En cuanto avanzó a cerrar la ventana, notó que la tarjeta celeste de su hermano estaba arrojada en el suelo. ¿Cómo podía ser tan descuidado con un documento tan importante? Lo levantó y lo guardó en sus bolsillos.

¿Acaso TaeHyung había discutido de nuevo con su padre?  

Preocupado, salió de la habitación y recorrió cada lugar de la casa, sobre todo aquellos en los que TaeHyung solía pasar el rato. Pero no lo encontró.

Caminó hasta a la oficina de su padre y tras ver que por la hendija de la puerta había un destello anaranjado de luz, golpeó con dos toquecitos suaves y pasó.

—Padre, ¿has visto a mi hermano? —preguntó mientras caminaba hacia él. Este estaba sentado tras su escritorio ordenando sus papeles. 

—TaeHyung ha encontrado su verdadera identificación —dijo como si aquello no significase nada—, temo que a causa de ello, se ha marchado.  

HoSeok se paralizó.

—Él… Él dejó… —sin siquiera terminar de hablar, sacó la tarjeta de su hermano y se la quedó observando sin poder reaccionar.

HoSeok no podía creer cómo su padre estaba tomando las cosas con tanta calma, si ya sabía que TaeHyung había huido, ¿por qué aún no había ido a buscarlo? ¿Es que no se daba cuenta de la gravedad de la situación? Si a TaeHyung lo atrapaban con una identificación a la que seguramente tomarían como falsa, lo iban a matar. 

—Papá… Papá ¿qué esperas? Tenemos que hacer algo, debemos ir tras él, en su piel sigue el código falso ¡lo van a descubrir!

—No solo él morirá, ¿qué crees que le harán a la familia que ocultó esa mentira? —por un instante, aquella máscara de serenidad que su padre se había puesto, se derrumbó lo suficiente como para dejarle entrever a HoSeok de que el hecho de que TaeHyung hubiese escapado no le era indiferente, aunque con prisa regresó a su antigua postura.

—¿No me escuchas? ¡Papá, reacciona! ¡Hay que detenerlo antes de que sea demasiado tarde!

—Ya le informé a los Sanguinem.

—¿Qué? ¡No podemos confiar en ellos! ¿Cómo se te ocurrió delatarlo de esa manera, papá? ¿En qué estabas pensando? —HoSeok comenzó a llorar y se acercó furioso hacia él. 

—Les dije que era un impostor y que si llegaban a toparse con él, que no dudasen en matarlo. De esa forma no recaerá en nosotros ningún tipo de culpabilidad. —El señor Jung observó a su hijo por unos segundos y continuó—, ya deja de llorar, así es como debía ser hijo, tal vez esto tuvo que haber sucedido mucho tiempo antes, recuerda que él…

HoSeok calló las palabras enfermizas de su padre con un golpe certero en su rostro. Su ira era incontenible.

Jung no reaccionó, se limpió la sangre de su labio inferior mientras observaba a su hijo con tranquilidad. Y aquello era más desesperante.

El último Omega || YoonminМесто, где живут истории. Откройте их для себя