36: El plato fuerte

336 77 78
                                    

Si la vida era como la cocina, ese momento exacto tenía que ser el plato fuerte. El momento más importante y esperado de la cena. 

Las cocinas de restaurantes durante un servicio eran un caos, pero era un caos que Tim extrañaba. No tenía la misma sensación que durante el reto por equipos, cuando sentía que no se merecía ser el jefe y le incomodaba darle órdenes a sus compañeros. Esta vez era consciente de que estaba allí por una razón, y que era su responsabilidad ser el líder. 

—Ok, para la entrada tenemos dos opciones —comenzó a explicar Tim a su equipo—. La primera opción es ensalada de cangrejo picante con pepino, mentaiko, hojuelas de alga nori y wasabi sudachi.

—¿Mentaiko? —preguntó Vincent, sin entender. 

—Es caviar de una especie de bacalao de Alaska. Es muy popular en Japón —respondió él.

Le ponía un poco nervioso la poca experiencia que su equipo tenía en la cocina japonesa, tal vez debió evaluar eso antes de escoger a sus compañeros...

—Emm, la otra opción son Takoyakis, son buñuelos rellenos de pulpo y salsa de... bueno, anoté la receta aquí —No quería entretenerse en aclaraciones sin sentido. 

No estaba en una clase de cocina con Debra, sino en la final de America's Pro Chef. 

—Keira, Vincent, pueden irse encargando de las entradas —les indicó. Los aludidos asintieron diligentemente—. Alessandro, tú y yo empezaremos de una vez con el plato fuerte. 

Se llevó al chef a un rincón apartado, pues a él sí debía explicarle a detalle lo que debían hacer. 

El rostro de Alessandro, usualmente confiado y sonriente, se transformó en una máscara seria cuando Tim le entregó la receta de lo que sería su plato fuerte. 

Le tomó bastante tiempo traducir la receta del platillo inconcluso de su madre, fueron varios intentos fallidos hasta que admitió que su japonés estaba oxidado y le pidió ayuda a su padre. Era una preparación ridículamente compleja de un plato demasiado simple, pero tras hacerla él mismo en su departamento, estaba seguro de que valía el riesgo.

Alessandro esperó a que terminara de hablar, más paciente de lo que nunca lo había visto, solo para decirle: 

—Kobayashi, estás malditamente loco. 

—Lo sé. ¿Me ayudarás o no? Porque tenemos que empezar ya —lo apremió Tim. 

El joven chef miró el papel donde estaba anotada la traducción de la receta, después vio a Tim, y luego por la pared de cristal que daba al comedor, y donde sus comensales se ubicaban sin prisa. Meneó la cabeza, y luego sonrió, tan burlón como siempre. 

—Por suerte para ti, amigo mío, estoy igual de loco que tú.

***

Debra pensaba que nadie cocinaba mejor que Tim. Aunque supiera poco sobre el mundo culinario, no le cabía duda de que la pasión e inventiva que le daba a cada platillo eran únicas. Sin embargo, cuando los camareros trajeron a la mesa los primeros platillos, se dio cuenta de que apenas sabía de lo que su chico era capaz. 

Solo hubo silencio mientras las cuatro personas en la mesa probaban los platos de entrada de Tim. Se esperaban una explosión de sabor, una experiencia gustativa como nunca antes habían tenido. 

Así que fue una gran decepción cuando no sintieron nada de eso. 

La comida no estaba mal, Tim era incapaz de cocinar algo que no fuera delicioso. Pero aun así... le faltaba ese factor extraordinario que todos esperaban. 

Amor y Wasabi [TERMINADA]Where stories live. Discover now