27: Chardonnay

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¿Esa fue la venganza de Naoko? Justo allí, cuando sabía que él podía escucharlo, cuando tenía a los jueces y la cámara frente a ella. Lo de la quemadura en su mano no pudo haberlo previsto, eso fue exclusivamente culpa de su estupidez. Pero del resto, era casi poético. 

Él había expuesto su secreto, así que ella expuso el suyo. 

Aquellas eran las elucubraciones de Tim, mientras esperaba a que los jueces dictaran la sentencia de ese episodio de pesadilla.

―Bienvenidos de nuevo, queridos concursantes ―los saludó el chef Yeon―. Estamos muy satisfechos con su desempeño en este reto. Ambos equipos lo dieron todo para complacer a los distinguidos comensales del Wilshire Country Club.

―Sabemos que fue una jornada dura, llena de una que otra discusión, malentendidos y... accidentes ―continuó el chef Solaire, lanzando una rápida mirada a Tim―. Y aunque nos encantaría recompensarlos a todos por su gran esfuerzo, como bien saben, hoy nos despediremos de dos de ustedes.

―Los comensales votaron por sus platos favoritos, y tras contar los votos, tenemos un equipo ganador ―dijo la chef Reyes. De su bolsillo sacó un sobre blanco, con el nombre de su equipo.

Tim estaba tan pesimista en aquel momento, pese a su conversación con Debra, que no se sorprendió nada al saber el resultado.

―Felicidades, equipo azul ―dijo la chef pastelera.

Alessandro, en su característica efusividad, gritó de alegría. Pero aparte de eso y unas sonrisas corteses, no hubo mayor celebración en el equipo liderado por Naoko.

El equipo rojo se limitó a aplaudirlos y aceptar su derrota. A excepción de Tim, quien recordó en el último momento que chocar las palmas de sus manos hubiese terminado en una experiencia muy dolorosa.

―Excelente trabajo, equipo azul. Con esta victoria, todos están a salvo de la eliminación. Pueden retirarse ―les indicó el chef Yeon.

Tim tomó eso como un consuelo. Al menos si lo eliminaban, Naoko no podría ver su venganza realizada.

―Equipo rojo... ―comenzó el chef Solaire. Se notaba que estaba poniendo mucho esfuerzo en escoger las palabras correctas―. Pese a los contratiempos que tuvieron, pudieron cumplir con el desafío. Sin embargo... el nivel de su menú fue inferior al del equipo azul, y tuvieron unos errores que simplemente no pudimos ignorar.

Todos los miembros del equipo rojo estaban con la cabeza gacha. Su equipo, el de los perdedores, que nunca tuvieron oportunidad contra Naoko y compañía, pero que su incompetencia como jefe de cocina los había condenado.

Si en algún momento él merecía ser eliminado, era precisamente allí.

―Además de la inconsistencia en sus platillos de entrada, principal y postre, varios comensales se quejaron de vieiras sobrecocidas, y de tartas demasiado duras ―les notificó el chef Yeon.

Tim jamás había sentido tanta vergüenza en su vida. Él era mejor que eso, si tan solo pudiera demostrarlo una vez más...

―Por eso, Vincent, Keira, ya no siguen en la competencia ―anunció el chef Yeon.

Por un momento, no pudo procesar la noticia. ¿No habían dicho su nombre? ¿Se había salvado otra vez, incluso cuando no lo merecía? Esto tenía que ser un error.

Vio el rostro lloroso de Keira. Vincent le puso una mano en el hombro de forma paternal, pero se veía igual de desolado. ¿Por qué ellos y no él?

Los dos eliminados se despidieron de los jueces y entregaron sus chaquetas, en una ceremonia que había visto media docena de veces antes, pero que por primera vez le dolía. Porque sabía que Keira y Vincent se iban por su culpa.

Amor y Wasabi [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora