Capítulo: 5.

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— Sí, Naruto, tú, Lee y yo.

— ¿Quién es Lee? — inquirí, medio confundida.

— Su primo. 

De pronto  recordé la conversación que ella había tenido con Naruto anoche y que había mencionado a un Lee como su primo.

 — Oh, me encantaría. — sonreí, amable.

— ¡Le diré a Naruto para que organicemos todo! — me abrazo de nuevo, dando brinquitos como una niña pequeña.

Así era Sakura: dulce, tierna, cariñosa, frágil y entusiasta, era una niña pequeña encerrada en el cuerpo de una persona adulta de veintiún años.  

— Oye — mencione, cambiando repentinamente de tema, alce la vista para encontrarme con unos grandes ojos color verde con expresión de sorpresa, creo que había aumento mi tono de voz sin darme cuenta. — quiero ir al tan famoso puente de los suspiros, quizá pueda tomar algunas fotografías.

— Il ponte dei suspiri ¿y para qué quieres ir allí? No es la gran cosa. Más bien, deberías ir a la plaza de San Marcos, muchos toman sus fotografías allí. 

— Lo sé, pero no quiero algo común. Ya me conoces . . . — me encogí de hombros lentamente, desviando la mirada a otro lado.

— Bueno también podrías ir al Palazzo Sucale, le podrías tomar bellas fotos. 

— ¿Al qué? Sakura, ¿puedes hablarme en español? Por favor. — reí por lo bajo. 

Ella correspondió mi risa, causando que mi animo subiera un poco. 

 — Al palacio del Duque.

— Gracias, ¿me llevarías al puente de los suspiros? 

Puso los ojos en blanco ante mi insistencia.

— Esta bien , te llevare mañana. 

— Gracias, Sakura. Eres la mejooor. — y esta vez, yo me lance a ella para envolverla en mis brazos. 

Seguimos caminando por las calles de Venecia. mirando casi todas las tiendas de ropa que allí había. Comimos en un pequeño restaurante y luego llegamos cansadísimas al departamento.  Eran las siete de la tarde con treinta minutos cuando llamaron a la puerta: sentí una corriente por mi cuerpo y tome algunos mechones que estaban cubriendo mi rostro para distraerme, dejándolos atrás de mis hombros. 

 — ¡Es Naruto! — anunció jovialmente Sakura y se levanto como rayo dando grandes zancadas hacia la puerta.

Dirigí mi vista hasta allá. desviándola del televisor, anhelante de ver el rostro perfecto.

 — ¡Amor! — Sakura se lanzó a sus brazos en cuando la figura de su novio fue palpable, y él la recibió cálidamente. 

La fierecilla se removió incómoda. 

— Ven, pasa. 

Desvié mi mirada de nuevo al televisor queriendo aparentar que no la había despegado de allí. 

— Hinata, hola.— mi nombre en su voz era tan melodioso y diferente al resto de voces que había puesto en su sonido mi nombre; lo hacía parecer bello, único.  

Me giré para mirarle. 

— Hola, Naru. —  le sonreí.

— ¿Cómo va tu primer día en Vecencia? — pregunto. 

— Cansador. — reí al recordarme que había usado el mismo adjetivo cuando él me había preguntado acerca del vuelo. 

Creo que él también se acordó, porque rio de la misma manera que yo. 

— Ojala que los demás días no sean así. — me sonrió alzando levemente sus comisuras y sus ojos quedaron unos segundos observándome. Luego miro a Sakura para entablar conversación con ella. 

Entonces yo me giré de nuevo, pero a decir verdad, estaba más pendiente de su conversación que del programa italiano que se proyectaba en la televisión. 

— ¿Estás nerviosa, cielo? — le pregunto a Sakura.

— ¿Sobre qué? — inquirió ella, confundida.

— Sobre tu entrevista de trabajo mañana.

— ¿Mañana es siete? — la voz de Sakura sonó alarmante — ¡Dios, lo olvide!

Entonces me giré de nuevo para mirar. 

— ¿Tienes una entrevista de trabajo? — pregunté, realmente emocionada.

— Sí y . . . ¡Oh! — se quedo en silencio durante unos segundos — ¡Lo siento! ¡Lo siento, lo siento, lo siento! — se acerco a mi — Es que no recordaba lo de la entrevista, perdóname. 

Tardé un poco en comprender porque me pedía disculpas.

— Oh, Sakura, no. No te preocupes, nena. — le sonreí — Iremos otro día a visitar el puente. 

— ¿No estás enojada?

— ¿Yo? Para nada, al contrario. ¿De qué es el trabajo que solicitas?

— Enfermería en el hospital de Isla de Torcello. ¡Tengo una idea! — dijo de pronto, como sí la primera parte no importara demasiado, se giro a mirar a su novio — ¿Podrías tú llevarla a Hinata a Il ponte dei suspiri? 

Los ojos se me abrieron de par en par ante la sorpresa y luego miré el rostro de Naruto, tan bello como el de un ángel. Él también me miraba con sus hermosos ojos . . . 


Manual de lo Prohibido → NaruHina.Where stories live. Discover now