Capítulo: 6.

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— Chiaro. Per me non c'e nessun problema. — respondió él y luego sonrió.  

— Gracias, cariño. —  dijo Sakura y luego me miro. 

— Español, por favor. — dije y los dos rieron. 

— Que sí, no hay problema. — comento Sakura mostrándome sus pulgares de aprobación. 

Miré a Naruto. 

— ¿Seguro qué no tienes cosas qué hacer y te estoy quitando el tiempo solo por mi capricho? Porque puedo esperar a que Sakura tenga tiempo, no hay prisa, de verdad.

— No. — me respondió — Por mi esta bien, a menos de que no quieras ir conmigo. — rio. 

— No, digo sí, ay. — sacudí la cabeza — Quiero decir, gracias por llevarme. 

— A Naruto le gusta ese lugar, seguro que está más que encantado. Él te puede dar el Tour. — bromeó Sakura.

— Y para mi sería todo un placer. —  se rio el interpelado y mostró todas las perlas blancas que formaban su sonrisa, en la que por un lacónico segundo, me perdí. 

— Gracias. — comenté y me giré de nuevo a mirar la televisión. 

Me había asustado un poco un inusual hecho, desvié completamente mi atención de mi mejor amiga y su novio a propósito, debido al pensamiento que la reacción había producido y me puse a pensar en eso. ¿Por qué encontraba a Naruto muy atractivo? Sí lo era, pero lo que realmente me preguntaba era ¿por qué todo en él causaba una sensación extraña en mi? Miré de reojo a la feliz pareja a mis espaldas y pude ver la sonrisa de Naruto volar hacia Sakura. Entonces llegué a una conclusión fácil, estaba deslumbrada por él. Por supuesto, era el joven más apuesto con el que me había topado en toda mi vida. Me reí discretamente, que suerte la de Sakura. 

— ¿Te quedas a cenar? — preguntó ella, luego de un rato. — ¿Sabes? Con Hinata se me ocurrió una idea hoy, ¿por qué no salimos un día los cuatros? Nosotros tres y Lee.  — explico ella sin esperar la respuesta de Naruto a la primer pregunta. 

— No, cielo. No puedo quedarme hoy, hay una cena familiar. — torció el gesto — Y lo de la salida los cuatro suena estupendo, le comentaré a Lee hoy.

¿Debería preocuparme? Sabía que Sakura ocultaba muy dentro de ella la idea de emparejarme con alguien, pero al pensar en el hecho . . . ¿Qué tan malo podría ser sí se trataba del primo de Naruto? Seguro también era apuesto. 

— Hasta mañana, vendré a desearte buena suerte antes de que te vayas. — dijo Naruto a Sakura y luego beso su frente.

— Gracias, amor. 

— Hinata — me giré a mirar a Naruto de nuevo al escuchar mi nombre — Mañana teneos muchas cosas por hacer, espero no te canses. — sonrió.

De pronto sentí una emoción que no pude explicar, una ligero entusiasmo allí, cerca de donde se encontraba la fierecilla enjaulada.

— Hasta mañana. — musité y le devolví la sonrisa.

Sakura y Naruto salieron hasta la puerta en donde tardaron más de cinco minutos en despedirse: trate de no pensar en ello, porque a fin de cuentas, su manera de decirse adiós era alfo que a mi no me incumbía. 

Luego de que oí la puerta cerrarse, Sakura se sentó a mi lado en el sofá y luego suspiro. 

— ¿No es perfecto? — pregunto con un pequeño suspiro una sonrisa asomándose en su cara.

— ¿Qué cosa? — inquirí, cofundada. 

— Mi novio. — respondió, con aire de orgullo. 

Yo reí, pero no dije nada. Aun cuando Sakura me lo había preguntado no podía decirle lo que pensaba. Sí, si era perfecto, pero por alguna extraña razón, mi boca no podía soltar esas palabras enfrente de mi amiga. 

— ¿A qué hora te irás mañana? — pregunté.

—  A las seis.

— ¿De la tarde?

Abrí mis ojos como platos y la miré.

— ¿Seis de la mañana? y ¿A qué hora vendrás?

— No lo sé. — Torció el gesto, girando su cabeza con cansancio — La Isla de Tercello esta un poco lejos, quizá venga como a las cinco de la tarde. 

— Pero sí solo te harán una entrevista, ¿por qué tardarás tanto?

— Porque sí me aceptan, me quedaré para que me capaciten o algo así. — hico un gesto que consideré muy tierno, alzo sus labios formando un pequeño puchero.

— Voy a extrañarte. 

Ella rio.

— M extrañaras más sí consigo el trabajo, por que saldré hasta las ocho de la noche. — volvió a reír y esta vez yo me uní a su risa.

— Sakura, estoy cansada, me acostaré ahora. 

— ¿Tan pronto[? Pero sí son las ocho de la noche. 

— Ocho cuarenta — corregí — y sí, estoy muy cansada y quiero dormir. 

Bueno, de lo que había dicho solo la primera parte era cierto, porque tenía miedo de volver a soñar la misma pesadilla de la noche anterior. 

— Esta bien, buenas noches hermosa. 

— Buenas noches, te quiero. — me levanté del sofá y camine hasta la habitación. 

— ¡Ah! Mañana te tienes que levantar temprano. — me avisó — Naru vendrá antes de que yo me vaya y luego te llevará al Puente de los suspiros.

Me detuve antes de entrar a la habitación.

— Oh, entiendo. — mascullé, y sonreí. 

Me introduje a mi habitación y me arropé para dormir, luego me acosté en la suave cama y me cubrí con las sábanas. Me quedé mirando el techo en total oscuridad y alcanzaba a percibir el sonido del televisor proveniente de la sala.

Sentí el entusiasmo crecer con cada minuto que pasaba, mañana iría al famoso Puente de los suspiros, un lugar que he querido visitar desde que Sakura se vino a vivir aquí; pero había otra razón para alimentar ese entusiasmo y era que pasaría un buen rato con Naruto. Pero aun no sabía porque esa idea me entusiasmaba. 

Los golpes en la puerta me despertaron y entonces me percaté de la voz de Naruto del otro lado.  

¿Ya era de día? ¿En qué momento me dormí?

Manual de lo Prohibido → NaruHina.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon