Capítulo: 27.

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Le conté la historia desde principio a fin, claramente omitiendo puntos importantes como nombres, aspectos físicos y entre otras cosas. Dando el tiempo que nos sobraba ambas y desahogándome con Ino me resulto más sencillo de lo que esperaba. Ella era mujer, me entendía y comprendía más de lo que hubiera podido hacer Lee o Kiba. En el transcurso de la charla, la veía hacer expresiones de sorpresa y otras de que estaba sumamente atenta; todo eso me recordó a Lee, ambos tenían un rostro expresivo. Cuando termine de contarle, el silencio que guardo me hizo sentir nerviosa y comencé a enrollar mis dedos entre el blanco mantel de la pequeña mesa redonda.

— ¿Es el chico de las fotos? — preguntó mirándome directamente a los ojos. 

Intente no vacilar porque ya me sentía agotada con todo esto, no me resultaba fácil asimilarlo aun. 

— Si.

— Era bastante obvio. — dijo y sonrió con autosuficiencia. 

— ¿En serio? — pregunté, confundida.

— Hinata, tus ojos brillan cuando hablabas de él, y vaya que es apuesto el muchacho, ¿eh? — soltó una risotada.

— ¿De verdad? — dije, afligida. Si ella lo había notado, ¿Naruto se habrá dado cuenta de cómo es que late mi corazón cuando está cerca? 

— Lo amas. — puntualizo. 

— ¿Amarlo? ¿Estás loca? ¡Claro que no! — chillé, escandalizada. No había llegado hasta ese punto, aun. Siento que es muy pronto para sentir algo así, incluso no ha habido nada de por medio. 

— Claro que si, Hinata, se te nota. Amar y enamorarse no es lo mismo; enamorarse es disfrutar de todas aquellas sensaciones que se sienten al ver a la persona . . . "especial" — hizo las comillas con los dedos —Pero como amas, ya empieza el dolor inexplicable. ¿De donde proviene? ¿Crees saberlo? 

Me quede en silencio, sopesando las palabras y al comprender, se me cayó el mundo encima. Ella tenía razón. Yo . . . lo amaba. Dejé salir un leve gemido de asombro. 

— No te preocupes, Hinata. — me dijo — Demuestra que eres sensata, que sabes como sobrellevar esto, a lo mejor yo me equivoco y no es más que un amor pasajero. Ya sabes, esos de "verano" — volvió a hacer las comillas — aunque en vez de verano sería de invierno. — dijo y rio por lo bajo, festejándose su pequeña broma. 

— Pues, ojala te equivoques. — murmure. 

Ella no puedo evitar una risita y una sonrisa.

— Hinata, no puedo sentenciar lo que sientes con solo saber esto, me da entender que así es, pues si. Pero eres la única quien tiene que el poder decisión, nadie más que tú, sabrá lo que sucede realmente. Así que no esperes mucho de lo que demás podrán decirte, mucho menos, esperes que te den una idea errónea y te cierres algo externo, porque no puedes negar lo inevitable.  

— Entendible, completamente acertado. 

La tarde se había pasado volando y desde que había vuelto al departamento después de tomar el café con Ino, me quede tirada sobre el sofá mirando el techo de la sala. ¿Yo lo amaba? ¿Cómo puedo ser posible que ames a una persona en un . . . mes? Había pasado un mes, o apenas iba a pasar, la cuenta exacta de los días no la llevaba, pero, yo no era de las personas que amaban en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo debía admitir que Naruto se había ganado mi confianza, cariño y ternura en menos de una semana. Él era tan . . . especial. Como un diamante en bruto dentro de una mina, que aunque no le diera la luz del sol, brillaba con un resplandor abrumador, ¿Sakura se daría cuenta de ello? ¿Se percataría acaso de lo que tiene realmente a su lado? Me dolió el corazón cuando palpito, no debería estar pensando aquello. 

Manual de lo Prohibido → NaruHina.Where stories live. Discover now