7. "LA PORDIOSERA".

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Santa Biblia Reina Valera 1960 - Proverbios 28
25 El altivo de ánimo suscita contiendas;
Mas el que confía en Jehová prosperará.



Empiezo a abrir lentamente los ojos y a desperezarme.

«Que extraño que el despertador no halla sonado»

Mire la hora y quede estupefacta eran las 7:00 am, la hora de entrar a la universidad.


«Esto no puede estar pasando».

Me tiro de la cama, me doy un mini baño o mejor dicho me mojo.

No tuve tiempo de escoger vestuario, me pongo lo primero que encuentro en el clotser, salgo corriendo y rogando que me dejen entrar.

Voy cruzando una calle, cuando pum.

Un auto me atropelló, pero no de atropellar como en las películas, solamente me hizo caer, es mas ni siquiera me dolió, aun así quede sonsa.

—¿Estas bien? —dijo una voz muy familiar.

Levanté mi cabeza y ahí estaba él inclinado hacia mi, viéndome con preocupación en su un rostro.

Me quede sin voz ante ese rostro angelical.

Al ver que no le respondí me ayudo a pararme y me abrió la puerta de su carro.

«Que digo carro, carrazo mas bien».

Me quede mirándolo como tonta cuando mi teléfono empezó a sonar.

«Oh rayos».

Abro los ojos, era solo un sueño.

«Maldición me lo creí se veía tan real».

«¿Por qué?, ¿Por qué?, ¿Por qué?».

Dejo de lamentarme y miro la hora.

«No puede ser, van a ser las siete »

Hago exactamente lo mismo que hice en el sueño.

Voy atravesando la calle y de verdacita que un tasi casi me estrella.


Tiempo después.

Llego a la universidad asustada, no se como lo hice pero llegue en el preciso instante en el que el vigilante va a cerrar la puerta.

«Dios hizo un milagro».

«Me acortó el camino».

Entro a la universidad y me dirijo a la clase que me toca, llego unos minutos tarde pero el profe no dice nada afortunadamente.


Después de clase me dirijo a la cancha, y a lo lejos visualizo a Leila con Ruder hablando muy amigablemente, decido dar vuelta antes de que me miren y empiecen a llamarme.

Prefiero no llamar la atención, además es mejor sola que mal acompañada.

Minutos después.

Estoy sentada comiendo una ensalada de frutas, cuando llega Leila.

—¿Donde haz estado? —pregunta mientras se sienta a mi lado  —te he buscado por toda la universidad.

MI AMOR PLATONICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora