65. PERECE UN SUEÑO, PERO ES REAL

33 9 34
                                    

No se como fue, ni como llegue hasta aquí, pero en estos momentos me encuentro en la oficina de Jak, en un pequeño comedor con unos platos diminutos frente a mi llenos de toda clase de manjares, mientras que al frente de Jak, sólo hay un capuchino.


Hay un silencio total, hay dos escoltas de Jak parados al pie de nuestra mesa, pero es como si no estuvieran, no se mueven, no nos miran, incluso me preguntó si respiran, si son reales o robots?


Jak me mira fijamente, y eso hace que me paralice y no sea capaz de comer.


Quisiera decir algo, pero no tengo palabras, no se que decir o preguntar, y asi se pasa el tiempo sin ser capas de probar algo, aunque se ve delicioso, el solo hecho de tener a Jak al frente hace que me abstenga.


«si tan solo, no fuera tan apuesto »


«o si quitase su mirada de mi »


Finalmente Jak rompe el silencio.


-no tienes hambre? -pregunta levantando su tácita de capuchino.


-si -respondo con timidez.


«y mucha »


-entonces -dice él dándole un sorbo al capuchino -porque no comes?


«porque usted no me quita la mirada de encima »


-no te gusta? -pregunta al ver que no respondo -puedo hacer que te cambien el menú.


-no -me apresuro a decir, antes de que chasquee los dedos, y el menú sea cambiado. -es solo que no se por donde empezar -digo fijando mi mirada en los platos.


-puedes probarlos todos -me dice de manera tranquila y relajada.


«hay Dios, si supiera que su presencia no me deja casi ni respirar »


Trato de coger un trocito de manzana de la ensalada de frutas, pero me tiembla la mano.


Jak desvía su mirada de mi, a mi mano y luego me vuelve a mirar.


«no, yo así no puedo comer »


De repente su teléfono vibra.


«gloria a Dios, ahora se va a parar, saldrá a fuera a contestar, y quien sabe a que horas vendrá, posiblemente cuando yo ya halla comido »

MI AMOR PLATONICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora