24. DIA DEL SEÑOR

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Abro los ojos asustada.


« Santo, otra vez me cogió la tarde »


Luego recuerdo que hoy es domingo y que no hay clases.


«esta es la vida que yo me merezco »


Me volteo para el otro lado y sigo durmiendo, luego recuerdo que hoy es día de ir a la casa de Dios, y me paro como un resorte.


« que me pongo?, que me pongo? »


Estoy frente al clotser sin saber que hacer, no se si llevarme el rojo o el amarillo, al final optó

por un azul clarito.


Voy en un taxi y el primer templo que veo es ese templo grandote al que fui la vez pasada, donde mire a Jak y no quiero verlo otra vez porque de lo contrario no podre concentrarme.


« seguramente esa vez, vino por casualidad, no quiere decir que hoy este también »


Miro la hora y veo que es tarde, si sigo buscando otro templo, posiblemente llegue al amén.


Entro y vuelvo a quedar impresionada ante tanta hermosura.


Es tan hermoso que pienso que no soy digna de estar aquí.


- bienvenida - dice el Hujier - permitame mostrarle su silla, es por aquí.


Me dirige hacia la segunda fila en la tercera ilera y allí me arrodilló.


Pensé en mirar hacia donde estaba Jak esa vez, pero me astengo yo vine fue por Dios.


Cuando la ministra empieza el servicio, pude sentir un ambiente muy lindo, ella decía que le

entregáramos las cargas al Señor, todos nuestros problemas, no pude evitar que las lágrimas rodaran por mis mejillas.


Cuando de repente un teléfono empieza a timbrar, me desconcentro totalmente.


« acaso no saben que los teléfonos se apagan en los templos »


Lo peor es que el dueño no se molesta en apagarlo .


Miro para todos lados.


«no puede ser, es el mio»


Abro el bolso disimuladamente y lo saco.

MI AMOR PLATONICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora