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Así como los días avanzaban, las conversaciones de Katsuki e Izuku en las madrugadas igual; en las noches de insomnio de ambos podian hablar con comodidad, como si fueran amigos de toda la vida.

Katsuki se extrañaba de la facilidad con la que podía hablar con el pecoso, era casi igual que con Kirishima, pero había algo más, una diferencia única que todavía no sabía explicar, un pequeño detalle que seguía escapando de él.
 
En sus conversaciones Deku se dio cuenta que era demaciado fácil sacar de quicio a Bakugo cosa que le divertía al peliverde y por otro lado, el rubio pudo ver que Izuku tenía una excelente memoria, pues podía llegar a mencionar algunas cosas de sus antiguas conversaciones, que era un Nerd acumula-datos y eso le agradaba, para ambos era realmente reconfortante tener alguien con quien hablar.
 
En todas esas veces que hablaron, Katsuki no había vuelto a mencionar la oferta que le había mencionado al peliverde la tarde que pasaron juntos.
 
Hasta ese día.
 
El celular de Izuku sonó esa mañana e iluminado la pantalla la frase “Nuevo mensaje" se dejó ver en esta, el peliverde no dudo en responder al ver que era de Kacchan.
 
Kacchan.
Oye, Deku
Más te vale que no tardes en contestar
 

Tu:

¿Qué paso, kacchan?
 

Kacchan
Los viejos necesitan ayuda y bueno…. Solo ven ¿si?
En un momento te mando la dirección
 

Tu:

Pero….

Kacchan
Dije VEN!!
Toma un taxi, te necesito aquí antes de las 2 p.m.
 

Tu:

Esta bien Kacchan, estaré ahí cuánto antes

 
Izuku tomo su chaqueta y salió de su hogar, estaba de nuevo solo, por eso es que no se preocupo y acepto el ir a donde le había indicado Katsuki, pues la dirección de la agencia del rubio llego a su celular a los pocos minutos de haberla esperado.

Y así como le sugirió Bakugo, Midoriya tomó un taxi, dio la dirección de su destino y después de un viaje no tan corto , llegaron. Katsuki lo esperaba en la entrada de aquel edificio.
 
–Al fin llegas– dijo el rubio cuando vio al muchacho de ojos verdes bajar del taxi.
 
–Lamento la tardanza, no pensé que estuviera tan lejos, peor aún, al otro lado de la ciudad.
 
La casa de Izuku se encontraba en una zona tranquila, más apartada de todo bullicio, una zona elegante y pasifica. Por eso es que había tardado.

Ambos entraron a la agencia, hablando un poco de cosas triviales, topandose después a la madre del rubio, cosa que este último lamentaba enormemente.
 

–Oye mocoso ¿no vas a decirme quién es él? Me sorprende que alguien más a parte de Kirishima te soporte– dijo la rubia con un tono algo divertido en la última frase, después de todo, conocía al amargado de su hijo.
 
Katsuki suspiró y presentó al peliverde.
 
–Se llama Izuku, agradece que accedió a ayudar con las estúpidas fotos– dijo con un poco de molestia.
 
La mujer camino hacia Izuku y lo rodeó, casi devorándolo con la mirada. Midoriya se sentía como una presa ante el depredador.
 
–Bueno, es bastante lindo– comento Mitsuki una vez termino de murmurar al pecoso dem pies a cabeza –Katsuki ¿qué esperas para comenzar? Llevalo a la sala, tú tomarás las fotografías– ordenó  de repente la mujer y  se dio media vuelta.
–Tengo papeleo que hacer, por ahora encárgate tú– dijo para finalmente retirarse a su oficina.
 
Katsuki bufo fastidiado y le indico a Deku que lo siguiera, con una señal silenciosa y el pecoso no dudo en seguir al rubio. Después de un corto camino en silencio, llegaron a una sala con paredes blancas, un estante de ropa a un lado y un montón de pequeños faros que se podían utilizar por si acaso las fotografías necesitaban iluminación.
 
–Puedes ponerte cómodo mientras preparo todo– propuso Bakugo mientras se acercaba a la mesa donde se encontraban unas cuantas habitación también había un pequeño sofá algo alejado de la zona de fotografías, es ahí donde Deku tomo asiento, paseando su mirada por todo el lugar. Jamás había visto algo así.
 
–Necesito que te pongas algún conjunto de por haya– comentó el rubio, señalando el estante de ropa. Izuku se puso nervioso.
 
–Este….. bueno– tartamudeo un poco.
 
–No te preocupes, no te desnudaras frente mío– río de manera pica mientras miraba a Midoriya sobre su hombro– Por haya hay un vestidor, apúrate– dijo señalando una puerta de madera y siguió preparando los rollos de la cámara.

Angelito [Katsudeku]Where stories live. Discover now