29: la reunión

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29.
epílogo


para tessa_aa y ware-ware , de las primeras en leer la historia, y en creer en mí. gracias por tanto.


— ¿podrías revisar el maldito mapa otra vez? — pregunté, girando el volante hacia la derecha, y acomodándome nuevamente el cuello del traje. — mierda, estoy casi seguro de que el camino no es por aquí.

tyler resopló desde el asiento del copiloto, tecleando algo en el celular, y tomándose el puente de la nariz.

eran a penas las tres y cuarto, y ya íbamos cuarenta y cinco minutos tarde.

para otra persona, quizás la reunión de los compañeros de la preparatoria sonaría como algo prometedor, pero desde el momento que tyler y yo habíamos puesto un pie sobre el aeropuerto en nuestra llegada a la ciudad, todo apuntaba a que iba a terminar por ser un evento desastroso.

— ¿lo encontraste?

— un segundo, thomas. — respondió, sosteniendo con cuidado al bebé sobre sus brazos. — creo que tyler junior va a despertarse. ¿podrías conducir más despacio?

— por el amor de dios, tyler. — bufé, antes de escuchar un alarido a mi derecha, seguido de un llanto. — ¡no puede ser, por favor! ¡tyler, haz que se vuelva a dormir!

— no es tan sencillo como parece, thomas. — habló, fulminándome con la mirada y meciendo a tyler junior entre sus brazos. — ya, tyler junior. todo está bien, duérmete.

— te dije que lo dejaras en casa de sarah, tyler.

— sí, pero no podía dejarlo.

— ¿y por qué no? — pregunté, rodando los ojos. — es su madre después de todo. no podemos traer al bebé de un continente a otro como si fuese una maleta.

— es sólo una reunión, thomas. igual mañana estaremos de vuelta en inglaterra, y podemos hacer como que esto jamás pasó. — se encogió de hombros, restándole importancia. — además, no podía dejarlo con sarah. esa mujer está loca, y sé que lleva a su novio a casa todos los fines de semana.

— ¿y?

— y no quiero que tyler junior esté conviviendo con ese tipo de gente, thomas. — soltó, sosteniendo al bebé para que se volviese hacia mí. — de cualquier manera, no pudiera haberlo dejado. ¿ves esa cara? — preguntó, mirando hacia el bebé y esbozando una sonrisa. — ¿cómo podría negarme?

— la paternidad te está afectando mucho últimamente. — largué un suspiro, deteniéndome frente al semáforo. — ¿podrías buscar la dirección de una buena vez?

— sí, lo estoy haciendo. el mapa dice que des vuelta en la derecha aquí.

— ¿aquí? — fruncí el ceño, mirando el camino con confusión. — ¡aquí no hay ninguna vuelta a la derecha!

— entonces era vuelta a la izquierda.

— tyler, ¿estás de broma? — alcé la voz, comenzando a perder la paciencia. — ¡se trata de seguir las indicaciones del mapa, no de adivinar!

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