Capítulo 10

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Gracias mis queridos por aguardar pacientemente... Aquí está. Se hizo esperar, pero llegó y es larguito... ;)

Su porte impoluto la sorprendió bajo la luz cálida del sol que a esa hora vestía todo de aquel tono dorado precioso

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Su porte impoluto la sorprendió bajo la luz cálida del sol que a esa hora vestía todo de aquel tono dorado precioso.

Claro que podía apreciarlo mejor que aquella noche lluviosa. Llevaba su sonrisa socarrona y esa chispa en sus ojos oscuros, que de alguna manera le hacían sentir en desventaja casi constantemente y si no fuera porque él se adelantó a su pensamiento como si leyera su mente, hubiera jurado que aquel encuentro no era casual.

—Necesitamos hablar... —dijo casi sin inmutar su pose, aunque aquella afirmación la extrañó y hasta levantó sus cejas sorprendida.

—No entiendo de qué, señor Denson... —Claro que su sonrisa de lado se exacerbó al oírla, al igual que sus nervios cuando él tomó su mano sin disimulo alguno y la colgó de su brazo mientras comenzaban la caminata alejándose de las miradas indiscretas, desoyendo por completo sus quejas y reclamos. —Shh, deje el escándalo señorita Miller. Dije que solo necesitamos hablar, no que me atrevería a tocar uno solo de sus preciados cabellos.

— ¿Qué le apremia tanto? Si es posible saber...

—Digamos que preciso su ayuda en un asunto... —Las expresivas cejas de Caddy volvían a elevarse nuevamente. La idea de que él precisara su ayuda, era extraño, pero mucho más la manera en que había pronunciado aquella frase. —No me mire así, no es nada excepcional ni difícil. —Se detuvieron sobre la verde hierba mientras un rayo de sol se posaba en su cabello recogido y aquella barba desprolija.

— ¿De qué se trata?... —Puso su mano en jarra sobre su cintura y con la otra sostenía el parasol. Aguardaba curiosa lo que seguiría y claro que se sorprendió al oír semejante pedido.

—Quiero ir a la salida de campo. —Dijo sin titubear, sin un mínimo preámbulo y como si esa respuesta fuera lo más obvio del mundo.

— ¿Qué salida? —preguntó confundida.

—La que está organizando la señora Hemingway. Claro que será para señoritas, pero es su deber convencerla de que más divertida será con caballeros, y claro que debe incluirme en los planes. No debe ser un grupo selecto, y de ser así, con claridad dejará mi nombre en la lista. Y como prioridad, no lo olvide. —Sonrió mostrando los dientes más blancos y perfectos que Caddy hubiera visto alguna vez, mientras el muy fanfarrón golpeaba con su índice el borde bordado del parasol blanco.

La frente de Cadence estaba repleta de arrugas mientras daba un corto sacudón de cabeza como si deseara acomodar en su cabeza lo que había.

— ¿Está usted loco? ¿Cómo se le ha ocurrido semejante petitorio? Para empezar no estoy al tanto de las ideas de Brooke, y mucho menos seré yo quien le hable de usted, ni que pida su presencia... téngalo por seguro—respondió como si aquella negativa fuera lo más evidente del mundo. —No sé en qué instante ha creído que estoy dispuesta a ayudarle.

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