Capitulo 2

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Asqueado entre a la casa de mi familia, si algo que odiaba eran las personas, y aun mas si habían muchas, hablando de bobadas que a mi no me interesan en lo absoluto, o queriendo opinar sobre mi vida como si les perteneciera o tuvieran algún derecho sobre ella, por eso mismo odio las reuniones familiares, y aquí es donde ustedes se preguntan ¿y porque vas? simple, aun soy menor de edad y mis padres me obligan a asistir

Me senté en la mesa, escuchando como los adultos charlaban de diferentes temas, cosa que a mi me aburren o simplemente no me interesa, los otros que nos encontrábamos sentados en la mesa estábamos de adorno, insisto en que estas reuniones no tendrían que ser familiares, solo tendrían que asistir los adultos, y así liberarnos de las tortuosas horas de aburrimiento y soportando comentarios molestos

-Demian, ¿Cómo te esta yendo en el instituto? ¿ya sabes que estudiaras el próximo año?- pregunto una de mis tías, deje de comer para mirarla 

-en el instituto me esta yendo bien o eso creo, no e repetido de curso y eso es un avance- conteste burlón, mis padres me miraron fulminantes- y en cuanto a lo que estudiaré el próximo año, no tengo la menor idea, quizás y muero mañana- me burle de manera sínica, sabia bien que mis padres me miraban de manera amenazante, mi tía me miro con los ojos como platos- pero bueno, ya dejemos de hablar de mi, se vuelve tedioso, dime tía Rosalie ¿para cuando el cuarto marido?

-¡Demian!- exclamo enfadada mi madre

-déjalo Clarisa, mis hijos son igual

Mi madre me lanzo una mirada furiosa, y yo oculte una sonrisa, feliz de haber logrado mi cometido. Una de mis cosas favoritas en el mundo es hacer enfadar a la gente, es divertido el ver como puedes hacerlos enojar con un simple comentario, como por unos segundos se sacan la careta para mostrar su verdadera cara, y luego volver a ser los mismos falsos 

La cena paso lentamente y a antes de la medianoche ya nos encontrábamos en casa, como cada vez que me aburría, saque mis auriculares y me puse a escuchar música. En esta última semana casi no había cruzado palabra con Abilene, en clases ella solo se dedicaba a escribir en sus apuntes y era mucho decir que me saludaba, desde la última conversación que tuvimos, ninguno había vuelto a decir palabra, el ambiente se había vuelto tenso e incomodo. Aunque aun le doy vueltas a sus palabras, no e logrado entender a que venían

Algo que repelo es la incomodidad, por eso no me gustan las personas, porque con cualquier conversación el ambiente se comienza a tornar incomodo, bueno igual estoy a mano con las personas, ellas tampoco me toleran, asique se podría decir que es algo mutuo. De igual forma sigo sin entender la sociedad, que porque dices algunas verdades te tachan de mala personas, y por decir comentarios que sabes que complacerá a la otra persona ya eres buena persona. Ni que yo tuviera que complacer a las otras personas, ¡bah! Que estupidez

¿Saben? A mí no me suele dar curiosidad conocer una persona, porque por lo general las alejo de  mí, por el simple echo de que no las soporto, pero por alguna extraña razón Abilene me da curiosidad

Camine por el borde del puente que está en el río Charles, era un lugar tranquilo, las personas no solían pasar por aquí y por esa razón era mí lugar favorito, lo único que pasa por aquí son los autos. El aire era fresco pero sin llegar a ser frío, era más bien esa brisa que despeina tu cabello y golpea de manera leve tu rostro

~•~•~

Entre al salón de clases, y lo primero que vi fue a Abilene sentada en nuestro pupitre escuchando música y haciendo garabatos en su cuaderno, la observé desde la puerta

—¿Sabes que te ves como todo un acosador mirándome desde la puerta?— hablo Abilene aún con la vista en su cuaderno, levanté mis cejas sorprendido

Lluvia de NoviembreDove le storie prendono vita. Scoprilo ora