Capitulo 11

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Mire hacia mi izquierda, mi compañera de banco yacía sentada y dibujaba unos garabatos en su cuadernillo, tratando de pasar el rato. Como ya era de costumbre, ambos habíamos llegado veinte minutos antes de que las clases iniciaran, se podría decir que éramos los únicos malditos locos, en llegar antes al instituto o por lo menos en nuestro salón, porque he de suponer que en los demás salones debe de haber algún que otro alumno, no creo que seamos los únicos medio marginados del instituto, y si digo medio es por la rubia que está sentada a mi lado.

Porque a pesar de ser bastante popular en el instituto, trataba de mantenerse al margen de las personas, aunque claro, que no siempre lo lograba, eso es por no decir que nunca. Abilene tendía a llamar la atención, aun sin quererlo, cosa que se me hacía de cierta manera divertido, porque se quejaba de que ella no hacía nada para llamar la atención, pero la veías ayudando y saludando a todos los que pasaban por el pasillo, si es que no estaba bailando o haciendo alguna tontería, claro, sin darse cuenta.

La punta del lápiz rozando la blanca hoja del cuadernillo, que estaba sobre la mesa, el tenue sonido del grafito chocando de manera suave con la hoja, haciendo pequeños garabatos. Mire de manera atenta a la chica a mi lado. Su cabello en un moño mal hecho, dejando algunos mechones caer sobre su rostro, rozándolo, sus labios entre abiertos, sus pestañas que se batían cuando pestañaba, uno de sus brazos apoyado sobre la mesa y el otro apenas moviéndose, dado que su mano se movía con lentitud para poder graficar lo que estaba pensando, en la hoja. Perfecta. Fue lo único que paso por mi mente, porque no había otras palabras para describirla.

Sin darme cuenta la observe durante veinte minutos, que el timbre de inicio de clases sonó, haciendo que poco a poco los salones se llenaran de alumnos, repase el salón con la mirada, estaba casi lleno y apenas habían pasado unos pocos minutos que había tocado el timbre, pero claro, nadie quería una amonestación por llegar tarde a clases.

El profesor entro, sonriendo de manera hipócrita, desde aquí podía saber lo que el mayor pensaba, de seguro pensando de lo mucho que no quería venir a trabajar el día de hoy, pero tuvo que venir porque necesita el dinero, sumándole que tiene que soportar un montón de adolecentes irrespetuosos y con pocas ganas de prestarle atención a su estúpida clase.

-Habrán el libro en la pagina 54 y hagan las actividades- demando, sentándose en su escritorio.

Abilene rodó los ojos e hizo exactamente lo que el profesor pidió, me miro del soslayo, pude ver una media sonrisa surcar en sus labios.

-Eres un acosador, deja de mirarme- me acusó de manera divertida, mientras escribía algo en su cuadernillo

-¿Quién? ¿Yo?- pregunté haciéndome el desentendido- Es que hoy estas realmente fea.

Giro su cabeza para mirarme fulminante- Y tú estás más imbécil, de lo habitual.- ladeo su cabeza y volvió su vista al cuadernillo, para seguir haciendo la actividad

Luego de una larga clase de literatura, el timbre sonó, Abilene tomo mi mano y tiro de ella para que la siguiera, a veces no entendía lo energética que era, la mochila que estaba en su hombro se le iba cayendo de camino al estar corriendo por los pasillos, a cuestas conmigo, a veces me preguntó porque la sigo, luego recuerdo la carita que me pone o lo terriblemente molesta que es, recordándome que si no le hago caso me hace doler la cabeza, en verdad no miento cuando digo que es un puto grano en el trasero.

-¿Qué rayos, te sucede?- le pregunté mientras corríamos por los pasillos, chocando con algunas personas

-Cállate. Sígueme- farfullo, para luego volver a ignorar mis constantes preguntas de a donde carajos íbamos

Lluvia de NoviembreWhere stories live. Discover now