Epilogo

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Epilogo

Los ojos me pesaban, la necesidad a abrirlos era fuerte, tanto que me hacía querer llorar al no poder hacerlo, más aun cuando sentía voces a mi alrededor, desorientada y en una completa oscuridad que envolvía todo a mi alrededor, las voces que escuchaba se hacían cada vez más fuertes, ya no eran susurros casi inaudibles, eran voces a ciegas.

Entonces lo hice. Abrí mis ojos con fuerza.

Lo primero que vi fue un techo de color blanco con una tenue luz solar, esto hacia doler mis ojos, gemí de dolor al sentir mi cuerpo pesado y dolorido, como si me hubiesen enterrado un millón de agujas en cada parte del cuerpo.

El rostro de mi hermano estuvo en mi visión a los pocos segundos, lo veía borroso y mis no llegaba a escuchar del todo bien lo que él decía, solo veía su boca abrir y cerrarse como si estuviera diciéndome algo, sus manos tomando mis hombros con suavidad, pero hasta el más gentil toque dolía.

-Llamare al doctor- fue lo único que pude escuchar salir de la boca de Charles, luego lo perdí de vista.

Solo podía ver el techo y todo a mi alrededor parecía dar vueltas, en una vista nublosa, todo del mismo color vacío, blanco, de pronto la sensación de pánico que comenzaba a envolver mi sistema se desvaneció al sentir como alguien tomaba mi mano y dejaba un apretón en esta, luego una mano acariciando mi cabeza, de pronto el rostro sonriente de mi hermano menor apareció ante mis ojos, haciendo que yo sonriera de manera débil.

Sus ojos llenos de lágrimas miraban los míos, con tantos sentimientos que parecían desbordarlo como una ola de emociones no mostradas, su sonrisa parecía traerme de regreso, y aunque mi cuerpo doliera, sentía que estaba bien, porque ellos estaban aquí, mi familia estaba a mi lado.

-Estas a salvo, Abi, estas con nosotros- Ethan me sonrió, mostrando su dentadura y con sus ojos brillantes.

El doctor vino a los minutos junto a Charles, para ver cómo me encontraba, sinceramente no entendía nada, como es que había llegado hasta aquí, si no hace mucho me dijeron que no había cura para mi enfermedad, que ya era demasiado tarde como para hacer algo. Tampoco podía hablar, cada vez que quería hacerlo mi voz se atoraba en mi garganta, mi voz no salía y el desespero comenzaba a hacerse presente, el doctor había dicho que era normal que no pudiera hablar luego de haber estado en coma por algunos meses, pero ¿Qué coma? ¿Qué estaba sucediendo?

-De..Demian- logré decir con esfuerzo, sintiendo mi garganta doler ante el esfuerzo que había hecho al pronunciar su nombre.

-¿Demian? ¿Quién es él, Abi? ¿De qué estás hablando?- preguntó Charles confundido, ambos mirándome sin entender.

-Él... E..Estaba a..aquí... an...noche- respondí como pude, sintiendo mi garganta doler, pero el dolor que se estaba formando en mi pecho era aun peor.

-Abilene, no conocemos a ningún Demian, has estado en coma por dos meses, luego de la operación de medula no pudieron despertarte, estuviste en estado critico, Abilene, casi mueres- fue lo que dijo, pude sentir mi corazón romperse ante la desilusión, la confusión ¿Qué estaba pasando? ¿Qué es todo esto? ¿En realidad no viví todo eso? ¿Fue todo un sueño?

-El doctor dijo que posiblemente hayas soñado algo mientras estabas en coma, y que seguramente lo has confundido con la realidad- habló con tonó suave Ethan, mirándome con pena, cuando la primera lágrima resbalo por mi mejilla.

Lleve una de mis manos a mi pecho sintiendo un dolor inmenso, junto a un corazón roto, pero la pregunta de todo esto era ¿Por qué dolía si todo había sido parte de un sueño? No sabía el porqué, pero solo esperaba que pronto el dolor desapareciera, como si nunca hubiera existido.

Lluvia de NoviembreWhere stories live. Discover now