Lluvia de Noviembre

Capitulo 12

La bocina de un auto suena fuera de mi casa, ruedo los ojos, al saber que es la cuarta vez que el imbécil de Demian la toca, solo para apurarme, termino de juntar mis cosas en el bolso, mientras que pienso si se me olvida algo, nuevamente la bocina del auto es tocada, causando un estruendoso ruido, que estoy segura que se ha oído por todo el vecindario, estoy casi segura que si no me odiaban, ahora seguro lo hacen, por semejante escándalo a las cinco de la madrugada.

Me acerque a mi ventana, para abrir el vidrio y sacar medio cuerpo afuera.

-¡Ya, deja de tocas la puta bocina imbécil!- chille con el ceño fruncido

Demian saco un poco su cuerpo por la ventanilla de la camioneta, acercando su otra mano al volante justo donde está la bendita bocina, presionándola para que suene más fuerte que las otras veces, mientras me sonríe con burla.

Le saque mi dedo de corazón y me volví a meter adentro de mi habitación, cerrando la ventana.

Tome mis cosas y salí de la residencia, llegando hasta la camioneta y subiéndome en el asiento de copiloto. Dándole una mala mirada a Demian, por haber hecho semejante escándalo, asimismo habíamos acordado que me buscaría cinco y media, pero el muy imbécil llego veinte minutos antes.

-Eres un cabrón, Demian- espeté molesta, para después girarme en mi lugar, tirando un poco la cabeza para ver a mis tres amigos sentados atrás y sonriendo de manera encantadora- Hola, chicos- los salude con voz suave y una sonrisa dulce

-Hola, Babi.- me saludaron un tanto entusiastas

-Yo también te quiero, Rubia- respondió irónico mi mejor amigo

-Tú, cállate y conduce- ordene rodando los ojos, mientras me acomodaba en mi asiento, buscando una posición cómoda

-Como diga, jefa- sonrió burlón, encendiendo la camioneta

-Jefa mi trasero, idiota- voltee los ojos, mi humor es un espanto cuando no duermo bien

Demian hizo oído sordo a lo que le dije y siguió conduciendo la camioneta, con una mano en el volante y la otra en el freno de mano, mirando fijamente la carretera, pero sin borrar su sonrisa triunfante de su rostro, sus hoyuelos se hacían visible como cada vez que sonreía, el maldito, era jodidamente guapo y él lo sabía.

Hoy era viernes y aun no eran ni las seis de la mañana, ustedes se preguntaran qué demonios hacemos un viernes a esta hora despiertos, la respuesta es simple, nos vamos a ir a acampar por todo el fin de semana, volviendo el domingo por la noche, genial ¿Verdad?, asique éramos un grupo de amigos yendo a disfrutar el aire libre y pasar un rato agradable entre nosotros.

Hace unos cuantos días estuve pensando un poco y mi cabeza dio bastantes vueltas al asunto, me estoy quedando sin tiempo y no quiero arrepentirme de lo que no he hecho, asique aquí estoy, emprendiendo un mini viaje junto a mis mejores amigos, para disfrutar y crear aventuras memorables, había hecho una pequeña lista mental de todo lo que quería hacer antes de desaparecer, asimismo, la mayoría eran pequeñas locuras, que seguramente sino estuviera entre la vida y la muerte no lo haría.

Asique tiene cosas buenas, estar en esta situación, Demian no sabe nada que todo lo que estoy haciendo es parte de mi lista en un intento de despedirme del mundo que conozco, para luego desaparecer y que todo quede como antes de que yo existiera. Estoy segura de que si le digo, se pondría de cascarrabias o se pondría mal, y eso es justo lo que no quiero, asique el sin saberlo me está acompañando en mi despedida, eso es algo que agradezco inmensamente.

Demian es muchas cosas para mí, es mi mejor amigo, mi confidente, mi chico, mi protección, mi pilar y muchas otras cosas más. Amo cada parte de nuestra relación y no cambiaría nada, porque me gusta así como es, con nuestras absurdas discusiones, con los besos robados, los largos abrazos, las charlas por la madrugada mientras vemos las estrellas, buscando un atisbo de esperanza, las conversaciones en doble sentido, las horas leyendo libros, y las veces que sostenemos nuestras manos. Amo todo, absolutamente todo.