Capitulo 4

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80-Días

Demian

Esa tarde sentado junto a Abilene, me di cuenta de muchas cosas, tal vez ella era mas que un misterio en mi vida, tal vez fui en su búsqueda sin darme cuenta, tal vez ella y yo estábamos destinados a encontrarnos sin buscarnos, tal vez y solo tal vez su existencia en mi mundo no sea tan efímera. Sin embargo no se si lo que siento hacia ella es curiosidad o atracción, lo único que se es que necesito estar a su lado y protegerla, aun no se como se llama este sentimiento, no encuentro nombre a esto asique...

-Abilene

-¿Huh?- Me miro esperando que formulara palabra, pero la verdad es que su nombre salió involuntariamente 

-Nada- negué con una pequeña sonrisa 

-¿Cómo esta tu amigo?

-¿Qué?- pregunte confundido, ella soltó una risita

-Cuando nos cruzamos en el hospital dijiste que fuiste a ver a un amigo ¿Lo pudiste ver?

Asentí comprendiendo de que se trataba- si. Esta bien solo fue un resfriado 

-Me alegro que este bien- sonrió- ¿Qué te parece ir a dar una vuelta?

Me levante y le tendí una mano- Vamos

Tomo mi mano con una sonrisa, comenzamos a caminar y se me ocurrió llevarla a un sitio

-¿A donde vamos?- pregunto

-Te quiero mostrar un lugar

En el camino nos dedicamos a hablar de cualquier tipo de cosa trivial, me contó como se divertía con sus hermanos cuando era pequeña y yo me dedique a escucharla con atención, Abilene era una persona parlanchina, solía molestarme que las personas hablaran tanto pero disfrutaba escucharla hablar 

Luego de caminar media hora llegamos al puente que esta en el rio Charles, Abilene miraba asombrada el lugar, se acerco al barandal y soltó una risita

-Es muy bonito

-Lo es- conteste de acuerdo, me miro por unos segundo para luego volver su vista al frente 

Me sorprendió un poco cuando Abilene tomo mi mano y me dio una sonrisa. Solo la observe, sus ojos azules se veían brillantes, pero sin duda en ellos escondía una gran tristeza o preocupación 

-Gracias Demian

-¿Por qué?

-Por todo, eres el único amigo que tengo aquí- Respondió, sin embargo algo en su respuesta me hizo sentir cierta molestia, le sonreí a medias

-Ni te emociones rubia, que no eres mi tipo- la moleste 

-Vale, porque tu tampoco eres el mío- se mofo- ten cuidado Demian seguro y te enamoras de mi- agrego con sorna

-Tss, lo que digas- alague desinteresado 

La mire por el rabillo del ojo, aun tenía una sonrisa burlona en sus labios, rodé los ojos. Un rato después la acompañe hacía la residencia, esta vez el camino fue silencioso, la rubia se veía pensativa y debes en cuando hacia una que otra mueca, como si algo le molestase, supuse que era por la llamada que había recibido esta mañana

-Nos vemos mañana supongo- musito

-Buenas noches rubia- establecí con una media sonrisa 

Ambos estábamos parados frente a la puerta de su residencia. Y nuevamente me descoloco cuando Abilene se puso de puntitas, para dejar un beso en mi mejilla

Lluvia de NoviembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora