Capitulo 6

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Demian

La observe desde la puerta por unos segundos, se veía débil y cansada pero aun así, al verme sonrió, me acerque a ella a paso lento, tome su mano porque era la única forma que podía demostrarle que estaba junto a ella, en ese mismo momento me di cuenta que nuestra cercanía era peligrosa, porque si ella me lo pidiera destruiría el mundo o le pondría el mundo a sus pies.

Hoy al ver como la llevaban en esa camilla, totalmente inconsciente y el bullicio de los médicos a su alrededor, me aterro, me aterro la idea de perderla, la idea de no volver a escuchar su risa, su forma de ver al mundo, o el brillo de sus ojos al hablar de algo que le gusta. Fue en ese preciso momento que me di cuenta de la necesidad incontrolable de estar a su lado, la insuficiencia para abandonarla, como un tonto me di cuenta que la quiero más de lo que e querido a alguien alguna vez y como siempre estaba llegando tarde, una vez más llegue tarde.

-Hoy te has hecho de rogar- bromee

-Si, soy una chica difícil- siguió el juego soltando una risita

-¿No tenias miedo?- pregunte borrando la sonrisa

- No

-Yo si- hable mirando nuestras manos- El solo pensar que algo malo te hubiera pasado me aterro

Nos quedamos mirando por algunos minutos

-Gracias- susurro con una pequeña y cansada sonrisa

-¿Qué?

-Gracias- volvió a repetir en un susurro, al ver mi cara interrogante prosiguió- Por sostener mi mano- levanto nuestras manos

-Siempre- sonreímos

-Estoy enferma- soltó sin más- Tengo leucemia. Me quedan solo dos meses de vida

Con esto último sentí que un balde de agua fría caía sobre mí, ¿En verdad estaba pasando esto? ¿Por qué ella? ¿Por qué una persona tan buena y tan llena de luz?

-Yo, yo...- No supe que decir en ese momento, las palabras no salían y el dolor que sentía era tan fuerte y sofocante

-Tranquilo- musito- Debo pedirte algo- agrego

Trague el nudo que yacía en mi garganta- Dime.

-Olvídate lo que te dije, olvida que moriré. Compórtate como siempre sueles hacerlo, búrlate de mí, bromea, escucha música conmigo en clases, corramos juntos de las fiestas que nos aburren, toma mi mano y di que es para que no me caiga por lo torpe que suelo ser, miremos el horizonte como solemos hacerlo, salgamos a tomar café por la mañana y regáñame también. Eso es lo que quiero, que sigas siendo tu mismo, que solo seamos tú y yo- Pidió casi en suplica, trague como pude el nudo de mi garganta

-Lo que tú digas rubia

Esta soltó una risita como solo ella sabía hacerlo, pasamos el rato riendo y bromeando, pero solo ambos sabíamos que detrás de todas esas bromas un profundo dolor se albergaba en nuestro interior, era un dolor agonizante de esos que sientes como te paralizan por dentro, de esos dolores que te aterran, y la verdad es que solo nosotros sabíamos lo que verdaderamente pasaba por nuestro interior

La vi reír, la vi bromear, la vi llorar y también la vi enojarse, pero jamás la vi expresar lo que realmente sentía, en el momento que lo sentía. No sé lo que sintió cuando nos conocimos, ni lo que sintió cuando comenzamos a ser amigos, tampoco lo que sintió cuando nos distanciamos, o cuando la abrace aquel día lluvioso que ella sollozaba en el puente del rio Charles, o que sintió cuando nos besamos por primera vez

Me gustaría saber ¿me quiere? O ¿Aunque sea le gusto? ¿Tiene miedo? ¿Necesita ayuda? ¿En verdad se rindió? ¿Qué está pensando? Y si no se rindió ¿Lo hará?. Pero ella aun es un incognito para mi, ella aun es un misterio que no puedo resolver, sin embargo esto ya no me interesa, solo quiero estar a su lado así sea como amigo o para tomar su mano cuando ella lo necesite

Lluvia de NoviembreWhere stories live. Discover now