Capitulo 9

3 0 0
                                    


Eran las 2am cuando Dong Yul me llevo a casa, la noche había terminado de la mejor manera. Luego de tomar unas cervezas y contar anécdotas de nuestras vidas cada uno decidió irse a casa, Dong Yul se ofreció para traerme ya que era el único con auto, le dije que esperaría un taxi pero este se negó rotundamente diciendo que era muy tarde para que me marchara sola con un desconocido. A decir verdad Dong Yul me parecía una persona estupenda, era un chico muy amable y se podía catalogar como el más extrovertido de los tres

-Hemos llegado- avisó Dong Yul

-Ah, muchas gracias. No te hubieras molestado, me hubiese podido tomar un taxi- conteste un tanto apenada de que se haya desviado de su camino a casa para poder traerme

-Babi que te había dicho hoy, dije que no se me hacía ninguna molestia el traerte a casa- sonrió de manera amable apoyando su cabeza en el respaldar del asiento- Anda, ya entra- ordeno divertido

Rodé los ojos con una sonrisa divertida- Esta bien, gracias de todos modos- hable vacilante- Adiós- le di una última sonrisa antes de bajarme del auto, me saludo una última vez con su mano, para luego volver su vista a la carretera y encender el motor de su auto, lo vi perderse en las oscuras calles, sin nada más que hacer aquí afuera me metí a la residencia

-------------------------------------------------------------------------------

Demian

Solté una carcajada al ver a Abilene haciendo muecas raras, esta se unió a mi risa. Era domingo por la mañana y nosotros estábamos en un parque cerca del lago, para ser franco estábamos en frente de este, Abilene como ya usualmente lo hace, se encontraba haciendo payasadas para hacerme reír, según ella le gustaba cuando me reía sin preocupaciones e ignoraba todo a mi alrededor, pero claro lo que mi rubia amiga nunca sabría era que no ignoraba a todos, porque mi risa era debido a ella

-Dem- me llamo cuando su risa ceso y se quedo mirando al lago

-¿Huh?

-Nunca dejes de sonreír- soltó de pronto, mientras me miraba intensamente. Ninguno de los dos dijo palabra, solo nos observamos detenidamente- Vamos a comer tengo hambre- se levanto, antes que pudiera caminar un paso más, me levante rápidamente y la tome de la muñeca haciendo que su pecho chocara con el mío, quedando a unos centímetros de distancia

-¿Qué?- la interrumpí chocando mis labios con los suyos, al principio no correspondió el beso por la sorpresa, luego comenzó a mover sus labios a la par de los míos, la abrace por su pequeña cintura y ella puso sus brazos alrededor de mi cuello acariciando mi nuca, nos besamos por un rato hasta que comenzamos a sentir la falta de oxigeno en nuestro sistema, nunca había deseado tanto no necesitar de esté hasta este momento. Nos quedamos mirando por un segundo, hasta que tome su mano y tire de ella

-Ahora si vamos a comer- dije como si nada hubiese pasado un minuto atrás, sabía que ninguno de los dos quería hablar de eso

De la mano caminamos hacía una cafetería que estaba a pocas cuadras de aquí, al llegar cada uno pidió lo que quería y nos sentamos en una mesa junto a la ventana, varías personas estaban sentadas en el café, pero como usualmente pasa ninguno de los dos prestábamos atención a lo que ocurría a nuestro alrededor, cuando estábamos juntos solíamos ignorar al mundo y solo ser nosotros dos, era nuestra manera de olvidar nuestros problemas

Me gustaba ver como ella hablaba, sus labios se movían cuando pronunciaba palabra y movía sus manos de manera rara, a veces su ceño se fruncía un poco cuando se quedaba pensando en algo que la inquietaba, otras veces podía ver como ella reía por lo bajo haciendo que su cabello rubio callera en su rostro, cuando veía su película favorita sus ojos detenidamente observaban cada escena que pasaba como si nunca lo hubiese visto, pero la verdad era que ella podía decir hasta las líneas de los diálogos, también sabía cuánto le gustaba el té helado por la mañana. Sabía que los amigos no se fijan en esos detalles, nada en nosotros era normal, ambos nos analizábamos como si fuéramos un misterio del universo, no sabía que éramos o en qué punto estábamos parados en nuestra relación, solo sabía que se sentía bien estar con ella, no éramos amigos porque hace ya un tiempo habíamos pasado esa barrera, tampoco éramos novios porque nunca lo habíamos formalizado, nuestra relación iba más allá como para ponerle un nombre

Lluvia de NoviembreWhere stories live. Discover now