Historias de la vida privada

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     Este capítulo empieza con Carolina y su inicio de semana en la escuela. Ella había conocido a una chica pelirroja en su primer semana como compañera, era tachada de rara y como algo en ella le llamó la atención también era ahora su amiga. A pesar de que la primer clase la parecía interesante, Caro no pudo evitar contarle por lo bajo a su amiga sobre sus vecinos que le recordaba a los hermanos de "Casa tomada", el cuento de Cortázar. La profesora, cansada de los murmullos les llamó la atención. Carolina, como algo obvio, le contó a su profesora, Gabriela Suárez, que hablaban sobre sus extraños vecinos. Lejos de preocuparse, la docente dejó de lado por unos momentos lo que estaba explicando anteriormente y el base al entusiasmo e ininterrsante idea que le había dado su nueva alumna, propuso a la clase que, en pareja, hiciera un proyecto de investigación sobre su barrio hace cien años atrás.

Camino a casa pensaba por dónde comenzaría su investigación. Decidió hacerlo por la casa de sus vecinos, su instinto se lo decía, aunque el proyecto era, en parte, una excusa, porque ella queriaver más allá.

Mientras se acercaba a la casa de la "antigua" pareja, Carolina tenía el corazón a mil por hora, pero al instante trató de disimularlo y ponerse en el papel de estudiante ingenua y aplicada. Cuando la mujer abrió la puerta vio ante sí a una encantadora e inocente Carolina que la saludaba con una de sus mejores sonrisas. La saludó y se presentó de manera cordial. Al principio la señora ni se inmutó, pero luego de que la intrusa le dijera sus verdaderas razones comenzó a hablar sin ganas y debido a la llamada de su esposo prefirió terminar la conversación con su vecina e irse para adentro nuevamente, dejando a la alumna con una tarea inconclusa.

Carolina estaba cada vez más confundida y la conversación de aquella que escuchó antes de irse no la ayudaba en nada, ¿quién era la señora que había muerto en la casona? Desalentada, creyó que la mejor idea era dejar de lado aquellas suposiciones siniestras sobre aquella pareja, después de todo era solo eso, una pareja de ancianos viviendo en su hogar sin que molestar y sin que nadie los moleste, como había en cualquier barrio. Pero pensándolo bien, en sus hermanas y luego en sus padres, decidió seguir con sus locas ideas antes que aburrirse y dejarse llevar por la vida tan tranquila y normal que llevaba su familia. Para ella era mejor pensar que los vecinos oculataban una verdad siniestra a creer que eran apenas un par de viejos aburridos.

Al entrar a la casa vio una silueta, aquella estaba sentada en una de las sillas. Tranquila pensó que era una de sus hermanas, saludó y se fue corriendo para seguir con sus investigaciones pero la detuvo la voz que le devolvió el saludo, ésta era varonil. Resultaba ser el amigo de facultad de Jimena, Gonzalo. Dejó todo lo que estaba por hacer de lado y le presto absoluta atención al amigo de su hermana, su intuición se lo pedía mientras hablaban aún más acerca de la casa. Lejos de incomodarle las ideas locas de Carolina, a Gonzalo le parecían demasiado interesantes, tanto que hasta le ofreció ayuda en caso de que la necesitara.

Luego de un pequeño diálogo con Natalia, Carolina fue a su habitación con su sándwich. Tuvo un susto provocado por el gato negro, que luego de pensarlo por unos segundos le puso el nombre de "Sandokan", quien lo observaba mientras tenía una llamada con Gala.

Heredera de un secretoWhere stories live. Discover now