Primeros datos para la investigación

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En este capítulo, Jimena pide a Natalia que fuese a la mercería de enfrente para que le comprase hilo, debía cocer un botón de la camisa que usaría mañana. Nati harta de los mandatos sugirió a Carolina, Jime dejó de insistirle y fue junto a su otra hermana, la cual estaba absorta en unas fotos que había encontrado en alguno de los misteriosos cajones. Con dobles intensiones captadas más adelante por Caro, le pidió lo mismo que a su hermana menor pero ésta fue con la excusa de hallar más información para su tarea de historia. Esto a Carolina le venía perfecto, así que en vez de protestar como lo haría normalmente, se dispuso a cruzar la calle mientras pensaba en aquellas preguntas que le haría a la persona que encontraría en ese lugar. Preguntas que había olvidado ni bien ingresó a la mercería y tuvo la sensación de que hacía un viaje de vuelta al pasado.

        En el local, todo le parecía familiar, pero le parecía más raro el hecho de que en Ushuaia no había ningún negocio así. Era claro que la decoración del lugar había permanecido intacta durante años. Carolina tuvo la esperanza de que la mujer que estaba detrás del mostrador también hubiera permanecido allí por décadas.

        Nuevamente Carolina concluyó con sus preguntas, ahora también a la otra mujer mayor. Se trataba de dos mujeres, una madre y una hija. Celia, la hija, le contó a Caro que su tío Rafael era muy reservado y que de la casa no sabía nada más de lo que se veía. También le contó sobre un hombre que vino a su negocio a hacer preguntas sobre la casa, dijo que el señor, posiblemente trabajaba en el Museo de la Ciudad y que quizá, la casona, tuviese un valor histórico y por lo tanto, él también quería investigarlo. Carolina quedó absorda, ¿quién aparte de ella estaba interesado en la casa? Ella quería saber más, quería saber de aquel hombre así que Celia le dijo que era de l barrio, que quedó en volver y que si lo hacía ella se encargaría de mandarla a su hogar para que la ayudase a terminar su trabajo. Cuando volvió a su casa retomó la visualización hacia las fotos amarillentas que habían sido interrumpidas por su hermana. En una de ellas pudo observar una señora con las mismas características que la madre de Celia. Cayendo en cuenta de que todo aquello la estaba osesionando, lo dejó para poder continuar después.

      En la cena, las hermanas mayores tuvieron una discusión, la cual fue la gota que rebalsó el vaso de la más pequeña con todo lo que había estado acumulando en estos días, tenía miedo en la casa, extrañaba a sus padres, en la escuela aún no tenía amigos y las peleas constantes de sus hermanas no la ayudaban en nada. Esto hizo que Carolina y Jimena hicieran las paces, cosa que reanimó a Natalia solo un poco, pero la llamada inesperada de sus padres dio vuelta la situación. En ese momento Jimena se dio cuenta, ambas hermanas estaban dejando de lado a la menor por sus cosas, ella necesitaba atención.

       Al día siguiente, una vez llegadas las tres a casa, para el almuerzo Jimena avisó que vendría a estudiar Gonzalo. Mientras comían, la mayor se seguía quejando acerca del investigador que posiblemente tocara su puerta uno de estos días gracias a Carolina. Al oír aquello, Gonzalo se empezó a interesar aún más en aquel sujeto y con marcado fastidio por cómo lo describían Nati y Caro con plena inocencia.

Heredera de un secretoWhere stories live. Discover now