Heredera de un secreto

La fuente del vitral

En este capítulo, Carolina tenía la casa para ella sola lo cual le permitiría investigar mejor la casa. Había recorrido tantas veces la habitación de la tía Hache que ya no sabía por dónde más buscar aquel brazalete. Bajó nuevamente las escaleras y fue directo al vitral, observó cuidadosa aquellos vidrios que reflejaban la imagen de su tía. Al ver la rosa en la cama, que fue en primer lugar la que la había hecho bajar hasta el vitral la que la habían hecho pensar en las rosas. Tanta era la coincidencia ya que en la imagen también se observaban las rosas cerca de la fuente, rosas que había visto también en el jardín al cual fue a revisar urgente.

          Ya era de noche cuando Carolina caminaba hacia el fondo del jardín que alguna vez había sido un bonito parque. Entonces recordó la descripción que había leído en una de las cartas de J.A: "oyendo el rumor del agua de la fuente y caminando por los senderos del jardín que ya estarán tapizados por las hojas marrones del otoño..."

          Más adelante se encontró con el rosal, más grande que el que había visto en el vitral, pero estaba allí. Lo que la descolocó fue el agujero que había descubierto Cristal, el agujero era nuevo ya que las ramas aún se veían verdes por haber sido cortadas. Siguiendo a la siberiana, tenía la extraña sensación de alguien más estaba detrás de aquel brazalete y del secreto de la tía Hache. Minutos después encontró la fuente del vitral, ésta estaba deteriorada y envuelta por las malezas, no había dudas de que lo había encontrado.

          En la casa ya estaban Jimena y Natalia, las cuales intercambiaron un par de palabras sobre su día antes de que el teléfono las interrumpiera. Las hermanas recibieron la gratificante noticia, por boca de sus padres,que ellos volverían de su viaje mañana. Ambas hermanas estaban muy contentas, no veían la hora de que la casa se llenara de color y dejara de ser una casa sombría. Solo esperaban la aparición de Carolina para darle la grandiosa noticia.