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Me encontraba tumbado en mi cama con mis piernas recogidas mientras lloraba lo más silenciosamente posible, no quería que mi madre se preocupara.

Tenía pensado quedarme en mi habitación lo que quedaba de día; no tenía ganas de hacer nada. Pero claro, la suerte no estaba de mi parte, Wooyoung fue a mi casa. Le escuchaba perfectamente hablando con mi madre en la planta baja.

Me hice el dormido esperándo a que cuando Wooyoung subiera a la habitación me dejara tranquilo.

Escuché como la puerta era abierta, no sabía si era mi madre o Wooyoung, pero tenía el presentimiento de que era la segunda persona nombrada.

Me cubrí la cabeza con la sábana esperándo a que, quien quiera que fuese de los dos, no notara que había estado llorando.

-San, sé que estás despierto, nunca duermes con la cara tapada- era Wooyoung.

Por mi parte no me moví, no quería hablar con él. Se sentó en la cama a mi lado, mi corazón iba a mil en aquel momento.

-Si quieres sigue haciéndote el dormido, pero al menos escúchame. Si estás así por lo que ha pasado hace un rato, lo siento, solo estaba jugando, olvida lo que ha pasado por favor- noté como se tumbó a mi lado a la vez que soltaba un suspiro.

Estaba utilizando hasta mi última neurona para llegar a una decisión; decirle como me sentía de una vez por todas, o no.

Destapé mi rostro viendo como Wooyoung se giraba para verme. Puso una de sus manos en mi mejilla y comenzó a secarme las lágrimas.

-¿Por qué lloras?- me preguntó de una manera que nunca había escuchado antes.

Parecía más preocupado de lo normal; aunque no me parecía tan extraño, no solíamos enfadarnos, por lo que nunca tuve la oportunidad de ver aquella faceta suya.

Sentí unas ganas horribles de llorar de nuevo, por lo que me acerqué a él escondiendo mi rostro en su pecho a la vez que le abrazaba mientras intentaba contener las lágrimas.

Correspondió mi abrazo al instante, y algo de lo que le estaba muy agradecido era que esperase a que yo le contara lo que me ocurría.

-No quiero perderte- dije una vez que me tranquilicé un poco.

Estaba nervioso, sí, pero llevaba años escondiendo mis sentimientos por él, y no creía que pudiera aguantar mucho más escondiendolos.

Wooyoung se quedó callado esperándo pacientemente a que volviera a hablar.

-No te alejes de mí, por favor- dije con las lágrimas amenazando con salir de nuevo.

-San, no voy a alejarme de ti- dijo apoyando su barbilla en mi cabeza. Acción que extrañamente logró calmarme un poco.

Me aferré a él mientras seguía pensando en si decirle o no. Pero como la última vez me acobardé, comenzaba a estresarme, aún faltaban seis días para que la semana terminara y Hongjoong regresara de la excursión.

No quería dejar todo para el último momento, pero tenía miedo de lo que pasaría después de que le confesara mis sentimientos.

𝓜𝔂 𝓸𝓹𝓹𝓸𝓻𝓽𝓾𝓷𝓲𝓽𝔂Where stories live. Discover now