13

367 45 48
                                    

Mi madre me regañó por haber hecho que Wooyoung se fuera al de media hora de llegar a casa. Por lo que me obligó a llamarle e invitarle a cenar y dormir en nuestra casa como hacíamos de costumbre los fines de semana.

Nos encontrábamos viendo una película mi madre, Hongjoong, Wooyoung y yo. Daba gracias a que aquella vez Wooyoung y yo no estábamos sentados uno al lado del otro.

Cuando la película terminó fui a la cocina junto a mi madre para preparar la cena.

-Sabes que me incómoda estar con él mamá, ¿por qué me has obligado a llamarle?- dije haciendo una mueca.

-Te recuerdo que eres tú quien le había echado de casa cariño- dijo y me miró -Además, sois mejores amigos, no podrás evitarle toda la vida hijo, tienes que tener en cuenta que le verás a menudo ya que también es el mejor amigo de tu hermano. Espero que respetes eso- dijo y se volvió a concentrar en preparar la cena.

-Bien, ¿entonces porque tiene que dormir conmigo?-

-Porque sé que tú no le tirarás de la cama como hará tu hermano si duerme con él, además, tiré el otro colchón hace tiempo al ver que no lo estábamos utilizando- dijo y algo indignado le ayudé a preparar la cena.

[...]

Cuando decía que las cosas estaban extrañas era por algo.

No sé ni cuando ni porque, pero Wooyoung y yo estábamos besándonos encima de la cama como si no hubiera un mañana.

Le quité la camiseta del pijama a Wooyoung, que se encontraba encima mía, y volví a juntar mis labios con los suyos.

Pude escuchar un pequeño gemido proveniente de Wooyoung al pasar mis brazos por su cuello e intensificar aquel beso.

Fue cuando regresé a la realidad. ¿Qué estábamos haciendo?

Dejé de besarle logrando que él hiciera lo mismo, nos quedamos mirandonos por un rato mientras intentábamos regular nuestras respiraciones.

-Lo siento, no sé que acaba de pasar- dijo sin dejar de mirarme.

-No te disculpes, lo he empezado yo-

La tensión se podía notar entre nosotros, también me podía dar cuenta de que ninguno queríamos apartarnos del contrario.

Quedamos en que tan solo por aquella noche nos olvidariamos de nuestros problemas y seguiríamos con lo que quisiera que estábamos haciendo.

[...]

Me desperté al notar como un frío horrible me invadía, me tapé mejor con la sábana notando como alguien pasaba uno de sus brazos por mi cintura, logrando que abriera los ojos.

Wooyoung estaba enfrente mía, parecía seguir durmiendo. Fue cuando imágenes de la noche anterior llegaron a mi cabeza. Me di la vuelta con los ojos bien abiertos al no poder creerlo.

No me arrepentía de mi decisión, claro que no, pero se suponía que tenía que poder mirarle a la cara después de lo que ocurrió. Me levanté de la cama apartando el brazo de Wooyoung sobre mi persona y me dirigí al baño con mi ropa para ducharme, una vez salí del baño cogí una almohada y se la lancé a Wooyoung logrando que este se despertara sin comprender muy bien lo que acababa de ocurrir.

-Levántate y ve a ducharte, voy a cambiar las sábanas de mientras-

-Buenos días a ti también- dijo estirandose y acomodandose de nuevo en la cama.

-Wooyoung, levántate-

-Es sábado, déjame dormir un poco más- dijo tapándose mejor con la sábana -Ven porfa, tengo frío- dijo mirándome mientras hacía puchero.

-Haz lo que quieras, pero cuando vuelva a la habitación quiero ver todo recogido- salí de la habitación en dirección a la cocina encontrandome con mi madre desayunando -Buenos días mamá-

-Buenos días cariño-

Me senté a uno de sus lados dándome cuenta de algo, ¿qué hacía mi madre despierta tan pronto un sábado?, aún eran las diez de la mañana, ella no solía levantarse hasta las doce como muy pronto.

-¿Vas a ir a algún lado?- le pregunté extrañado mientras ella seguía tomando de su taza.

-A la iglesia a que me purifiquen- dijo haciendo que le mirara confundido.

-¿Qué?-

-No me hagas mucho caso, aún sigo algo dormida- dijo y tomó otro sorbo de su taza -voy a ir a la casa de una amiga a cotillear sobre cualquier cosa-

Sin nada más que añadir se levantó dejando la taza en el lavavajillas y antes de salir de la cocina puso una mano en mi cabeza despeinandome.

Era normal que mi madre y su amiga quedaran para cotillear; aún así aquello había sido muy extraño.

𝓜𝔂 𝓸𝓹𝓹𝓸𝓻𝓽𝓾𝓷𝓲𝓽𝔂Où les histoires vivent. Découvrez maintenant