Capítulo 25.

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Narra Alessandra :

Me levanto debido al canto de los pájaros alrededor de los árboles de mi casa, al ruido de los niños jugando a la pelota, al tráfico de las motos y coches, al ruido de las calles de Napoles.

Me doy la vuelta y miro al otro lado de la cama pero se encuentra vacío, lo que indica que Marcos ya se ha levantado.

Tengo un cosquilleo en la barriga muy bonito, estoy un poco nerviosa porque hoy es la boda de mi prima Julia y se que ella quiere que salga todo a la perfección ya que lleva mucho tiempo preparándolo todo pero estoy segura de que todo va a salir según lo esperado.

Me levanto de la cama y salgo de mi habitación, bajo a bajo y veo a mis padres junto a Marcos preparando el desayuno. Me quedo en el marcó de la puerta parada mientras sonrió como una boba, me gusta mucho ver a mi familia junta y que mis padres quieran mucho a Marcos.

- shu shu - me llama Marcos.

- Buenos días - digo y le doy un beso en la mejilla a mis padres y un beso en la boca a Marcos.

- Buenos días - me contestan los tres a la misma vez y reímos.

- Venga a sentarse en la mesa que ya están las tortitas - dice mi madre.

Nos sentamos en la mesa y repartimos las tortitas, me llevó una a la boca y es una delicia.

- mm por favor mamá eres toda una chef.

- Ay hija tampoco es para tanto.

- Créeme que si - dice Marcos.

- Vale pues entonces lo seré.

- Y siempre lo has sido cariño - dice mi padre y yo me muero de ternura.

Mis padres se conocen desde los tres años, cuando empezaron a ir juntos a clase, pero no fue hasta los catorce años que empezaron a salir. Mi padre fue quien se lo pidió en una fiesta de fin de curso y como mi madre estaba muy enchochada con él pues le digo que si, y desde ese momento hasta ahora siguen juntos queriendose y amandose por encima de todo. Se casaron a los veintidós y a los veintiséis años me tuvieron a mi.

- ¿ Cómo crees que estará la prima Juliana ?

- Pues estará como un flan, yo en su lugar también lo estaría.

- Dímelo a mi, que el día de mi boda los minutos antes de entrar al altar solo quería vomitar pero tu abuelo me agarraba la mano y me decía vamos que hay te espera el amor de tu vida.

- Que mono el yayo.

- Tengo muchas ganas de conocerlos - dice Marcos.

- Te van a encantar ya veras.

Y mi abuelo como buen aficionado que es del fútbol cuando vea a Marcos le dará algo seguro.

Acabamos de desayunar y ayudamos a mis padres a recoger todo y a limpiar la cocina, le doy de comer a Toby y subo a ducharme con pelo incluido.

Me acabo de duchar y me enrollo la toalla, salgo del baño y voy hacia mi habitación para ponerme algo cómodo ya que viene la peluquera a peinarme y maquillarme.

- vayas vistas.

- Marcos te matoo - grito. - Me has asustado - digo llevándome la mano al pecho. - Y deja de mirarme el culo.

- Lo siento mi amor - dice y viene a darme un beso.

Me pongo algo cómodo y pita la peluquera, mientras mi padre y Marcos se ducha y se preparan, la peluquera que es amiga de mi madre empieza a maquillarnos y a peinarnos a las dos.

Menos mal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora