Capítulo 26.

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Narra Marcos :

Estos días que hemos estado en Nápoles la verdad es que he estado encantado y muy pero que muy agusto, los padres de Alessandra me tratan genial es más como un hijo diría yo. Para mí ya son como unos segundos padres. Les he cogido mucho cariño a mis suegros.

Nápoles es una ciudad preciosa y alegre, me encanto el paseo turístico que mi pequeña Ale me hizo, descubrí rincones preciosos y monumentos impresionantes. Nunca antes había estado en Nápoles pero ahora que lo he conocido vendremos más a menudo y con más razón ya que aquí vive toda la familia de Alessandra.

En estos días Alessandra estaba muy feliz y contenta, se notaba que echaba de menos a su familia y es normal estar lejos de personas importantes es doloroso y yo la entiendo porque cuando tenemos partidos en la otra punta del mundo yo también echo de menos a mi familia.

Pedirle matrimonio a Ale claro que estaba preparado, cuando ella me pillo en el cuarto de baño era porque estaba escondiendo el anillo ya que yo no sabía donde guardarlo y lo primero que pille fue un bolso de aseo grande, ella me notaba nervioso pero menos mal que no digo nada más.

El anillo fui a comprarlo en una de las mejores joyerías que hay en Madrid, vinieron conmigo a acompañarme Sandra y Beatriz porque ellas conocen muy bien a Alessandra y sabían que tipo de anillo les iba a gustar. Me dijeron que le cogiera uno dorado y con un diamante plateado justo en el centro y ahora que lo veo en su dedo le queda de maravilla.

El día en el que llegamos a Nápoles, mientras Alessandra se duchaba hable con sus padres y les dije que quería pedirle matrimonio y que de echo llevaba el anillo. Nada más decirlo la madre de Alessandra rompió a llorar en llanto , me abrazo muy fuertemente y me digo que adelante que ella nos apochaba en todo y que es muy feliz de ver a su hija feliz conmigo, su padre también se acerco y me abrazo me dijo que hiciese lo que me saliese del corazón y que si eso era lo que me salía pues él iba a estar encantado de que su hija se casase conmigo.

Les pedí ayuda para que me dijesen de que forma podría hacerlo y me dijeron que iban a llamar a Juliana , para que fuese de una manera bonita.

Hablé con Juliana ese mismo día y entre los dos se nos ocurrió la idea de que en su boda, , cuando fuese a tirar el ramo no lo lanzará sino que fuese y se lo diría a Alessandra y cuando se diera la vuelta yo estaría arrodillado y con la caja del anillo abierta.

El plan salió a la perfección , el momento en el que Alessandra me dijo que si me sentí el hombre más feliz sobre la faz de la tierra.

En estos días también conocí a su familia y se parecen mucho a ella. Son gente humilde y sencilla, muy trabajadora , honrada y gente que transmite mucha alegría.

Sus primas más pequeñas que son Luciana y Caroline, son unas niñas muy monas y graciosas.

Y el abuelo o yayo como me ha pedido que le llame Federico es un persona muy especial , ahora entiendo la admiración que tiene Alessandra por su abuelo.

Toda la familia en sí son un encanto y me alegra pensar que ahora también son parte de mi familia.

Ahora ya nos encontramos subidos en el avión de vuelta a casa , Alessandra esta dormida apoyando su cabeza en mi pecho , mientras yo le toco el suave pelo con olor a ese vainilla característico de ella.

Miró su mano entrelazada con la mía y sonrió , aún no puedo creerme que en varios meses seamos marido y mujer , si por mi fuera me casaba ya pero hay que prepararlo todo.

La miro a ella y pienso en nuestros inicios que la verdad que no fueron los mejores pero viendo como estamos a día de hoy volvería a repetirlo una y otra vez , porque menos mal que llegó ella mi más bonita casualidad.

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