9. ¿Si, Acepto?. 🐝

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CAPÍTULO NUEVE: MELLEA.

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"¡Sí, Dios recordado!".

Mellea Klinsmann.

🌻🌻🌻🌻🌻🌻

Zhak se fue no sin antes hacerle la promesa de que una vez que se haya ido Jack terminaría de abrir mi regalo por sus disculpas y le enviaría una foto ya una vez sabiendo que era.

—¿Entendiste?.-me preguntó él dejando a un lado el lápiz. Yo lo miré y luego a la hoja. No.

—Sí, claro está súper fácil.-le sonríe naturalmente.

—Perfecto, para mañana necesito que me hagas 10 ejercicios y me los entregues, haz como si yo fuera el profesor te voy a evaluar para ver si es verdad o mentira lo que me acabas de decir.

Su madre... dije al saber que había descubierto mi mentira.

✨✨✨✨✨✨

había quedado totalmente enamorada del regalo que me hizo Zhak, aunque no era necesario para que lo disculpara por que mañana lo iba hacer, enante solamente me había hecho la loca como si lo estaba de verdad yo no podía enojarme si él no me quería decir algo era su decisión y yo la respetaba.

—Padre,-lo llamé tocando a su despacho dos veces.

—Entra cariño.-abrió la puerta y yo seguí al sofá cafecito sentándome mientras movía mis dedos nerviosa.

—¿Estás bien... hija?.-preguntó deteniendo los movimientos de mis dedos temblorosos, yo lo miré cargaba una camisa celeste, un pantalón ceñido a las piernas y su cabello negro a un lado, papá era bonito.

Suspiré con ganas de llorar.-es... que... papá... Zhak me invitó a tomar un café en donde trabaja y quería saber si podías darme permiso, ¿si?.-tenía mis mejillas rojas por la vergüenza.

fijé mis ojos en mis bailarinas doradas (así se llama unas zapatillas muy bonitas) y mi vestido del mismo color de seguro papá no me dará permiso me puse triste y lágrimas quemaron mis ojos.

—Cariño, no llores que yo aún no te digo mi respuesta.

Sorbi mi nariz-pero...

—Si puedes ir y yo iré ya que tengo unos asustos del trabajo que hablar con Angye, la madre de Zhak es mi secretaria.

—Aaaa... no sabía papi que bueno que ella te ayude con tus casos.-apreté sus manos sonriendo. Obvio que sabía que la señora Angye era su secretaria.

Corazones salían de mis ojos al ver la decoración de la cafetería, era bellísima no hay palabras para describirla sus colores vivos eran preciosos la paredes con tacitas y sobres de té eran tan lindo... yo si me quedaba a vivir aquí con papá, azúcar y mis libros.

—Buenas casi noches, ¿qué desean de beber: té, café, chocolate... o un precioso Zhak Woods?-reí al ver cómo se sentó en nuestra mesa y le extendió la mano a mi padre que no dudó en aceptarla gustosa.

Cargaba una camisa ploma y encima el delantal de té,-Buenas, también para ti chistosito-le dije dándole un golpecito en su hombro y él se sonrojó agachando la cabeza.

—Que bella estás me-me refiero siempre estas bella pero h-oy tu presencia alumbra el lugar de un mo-do un-único, lo digo con una buena intención señor Klinsmann.-lo vio y él tenía una ceja alzada y luego nos vio a ambos.

Inmarcesible I & II ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora