Harry y _______ eran los mejores amigos en la escuela secundaria, aunque secretamente cada uno de ellos quería más. Finalmente, cuando ella encuentra el valor para confesar sus sentimientos, Harry se marcha y se une al ejército por razones que ella no puede entender.
Años más tarde, él está de vuelta en la ciudad y decidido a ganar su corazón de nuevo. Con miedo a volver a terminar herida _______ se resiste, negándose a ceder fácilmente a él. ¿Pueden los años borrar el pasado? ¿pueden ellos encontrar el amor?Capítulo 1:
Agarrando sus muñecas, él las subió sobre su cabeza y las cruzó antes de enlazarlas con una suave cuerda y unirlas a los postes de la cama. Ella yacía desnuda y temblorosa, pero no tenía frío. Mirándolo, sus ojos estaban llenos de anticipación. Sus ojos oscurecidos por el deseo y el anhelo.
Tomándose su tiempo, él empezó a lamer su cuerpo, comenzando por el pulso que latía en su cuello hasta detenerse en sus perfectos pechos redondos para degustar y chupar cada uno de sus pezones; mirándolos después de convertirlos en dos perlas duras contra su lengua.
Gimiendo por el placer, ella arqueó su cuerpo contra su boca, pidiendo más.
Él se levantó para quitarse la camisa, mirando fijamente sus ojos antes de bajar hasta su boca. Notó como a ella se le atascaba la respiración mientras lo observaba, devorándolo.
Él continuó mordisqueando un camino por su cuerpo, mordiendo su estómago, sintiéndola temblar de placer. Alcanzando su punto más dulce, sumergió dos dedos entre sus muslos, sonriendo al encontrarla mojada y lista para él.
Inclinándose, su lengua golpeó ligeramente contra su hinchado clítoris haciéndola decir su nombre; ella se resistió contra su mano, necesitada y con ganas de más.
Poco a poco, él empujó el pulgar dentro de ella sustituyéndolo por los dedos que se deslizaban lentamente en el interior de ella empujando dentro y fuera.
No siendo capaz de retenerse por más tiempo, se quitó los pantalones y calzoncillos y se posicionó entre sus piernas, colocando su erección en la entrada de su coño, provocándola mientras se deslizaba hacia arriba y hacia abajo sobre su humedad. Ella estaba jadeando, moviéndose sobre las sábanas intentando impulsarlo en su interior.
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Este era el momento en el que siempre se despertaba con una erección que ninguna cantidad de duchas frías podrían hacer desaparecer. Ese mismo sueño desgarrador que había perseguido a Harry por más de tres años, como la escena de una película que se había quedado atascada en repetición.
Los sueños eran completamente vívidos en su mente. Él nunca pasaba de ese punto, nunca llegaba a saborearla, nunca llegaba a hundirse en ella y sentir su grado de tensión y lo caliente que estaba. Odiaba la repetición de esa misma escena y sin saber lo bueno que sería realmente estar con ella.
Él había jodido con numerosas mujeres intentando borrarla de su mente, tratando de reemplazar la necesidad que sentía por ella con otras, pero ninguna de ellas podía satisfacer el vacío, el dolor que sentía por querer estar dentro de ella, por hacerla suya.
Después de cuatro años al servicio del Ejército de su país, hoy por fin volvía a casa, volvía a su pequeño pueblo natal al este de Texas.
El ejército había sido bueno para Harry, fue a ellos como un niño desecho y mimado que pensaba que el mundo se lo debía todo y ahora salía como un hombre que había trabajado por lo que tenía y estaba orgulloso de quién era.
Tres meses atrás había recibido una llamada dónde supo que su padre, había sido diagnosticado con un cáncer de pulmón en estadio uno. Cuando llegó el momento de tener que volver a alistarse, Harry eligió regresar a casa y ayudar a su padre a mantener el negocio familiar de remodelación mientras que él pasaba por el tratamiento. No era su trabajo ideal, pero la libertad de poder tener su propio horario y ser su propio jefe hacía que valiera la pena, además que un poco más de dinero tampoco estaría nada mal.
Había escuchado rumores de algunos amigos sobre que _______ había regresado hacía unos años y después de un par de llamadas, no sólo se había encontrado con que esa información era cierta, sino que también estaba soltera. Pasándose una mano por el pelo dejó escapar un suspiro de agradecimiento, el pensamiento de ella con alguien hacía que apretara la mandíbula y un desconocido comportamiento territorial se asentara en sus entrañas.
Los últimos cuatro años sin ella en su vida habían sido un infierno. Echaba de menos lo fácil que era hablar con ella, la forma en que se echaba a reír en voz alta como si no hubiera nadie más en la habitación y la manera en que lloraba con esas estúpidas películas de chicas. La había tenido medita bajo su piel durante la escuela secundaria y había tomado todo lo que tenía en ese entonces para no ceder a sus impulsos y besar esos malditos labios sensuales, correr sus manos a través de su largo cabello color caramelo, tirar de ella con la fuerza suficiente para inclinar su cabeza hacia atrás y tener acceso para mordisquear su piel de porcelana color crema.
Ahora, la única que vez que se permitía tocarla de esa manera era en sus sueños y maldecía por no poder hacer nada al respecto. Esperaba poder cambiar todo eso ahora que iba a estar en casa, pero teniendo en cuenta la manera en que él había dejado las cosas entre ellos hacía unos años, no esperaba que fuera fácil.
En el momento en que decidió volver a casa y ayudar a su padre, también se prometió a si mismo que la haría entender el motivo por el que él se marchó de la manera en que lo hizo. Ahora él era una persona diferente, un hombre que ya no era un chico, que podía darle lo que ella necesitaba. Había intentado verla en varias ocasiones cuando llegaba a casa para algún día de fiesta, pero ella siempre había logrado escapar de él. Siempre tenía alguna excusa creativa que lo hacía sonreír a pesar de la situación. Ella podría estar cabreada y todavía un poco herida, pero era hora de que dejara de ser una cobarde, se pusiera las bragas de chica grande y tratara con él. Ella era una fiera y saber que no se lo pondría fácil, haría todo más dulce al final.
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_______ y Harry se habían hecho amigos en la escuela secundaria, cuando habían sido emparejados como compañeros de biología y Harry había salvado a _______ de diseccionar una rana cuando ella se había quedado congelada y se había negado diciendo que era linda y no se merecería ser tratada tan duramente. Todo el mundo se había reído de ella a excepción de Harry, él encontró su amor por el animal adorable y no pudo dejar de salvarla de la humillación y de una calificación de suspenso en biología.
Después de eso él se había convertido en su protector, deteniendo a los crueles niños de intimidarla y a los chicos malos de tenerla. Nadie se metía o cuestionaba a Harry, incluso en ese entonces, era dominante y controlador con todo lo que hacía. Él era magnifico posicionado con su poco más de 1,80, el pelo completamente negro, los ojos color esmeralda, los hombros tan anchos y el cuerpo tan cincelado que gritaba sexo. Durante la escuela, él fue el típico atleta de fútbol que tenía a todas las chicas colgando de él y rogando para que las hiciera suyas, pero nunca a _______. Ella fue su mayor fan, siempre lo animaba en sus partidos y le daba un infierno cuando metía la pata, pero nada más algún coqueteo ocasional ocurrió entre ellos.
Él siempre quería más, lo quería pero sabiendo lo inocente que era, nunca iba a actuar al respecto. Intentaba pensar en ella como una hermana pequeña, pero maldita sea, los pensamientos que tenía en su cabeza no eran los que un hombre debía tener hacia una hermana.
Al igual que el resto de las chicas de sangre caliente de su pequeña ciudad, _______ lo encontraba caliente y aunque ella creía que lo amaba, mantenía sus sentimientos ocultos. Ella se imaginó siendo suya en más de una ocasión y en todo lo que le diría, pero tenía demasiado miedo de perderlo como amigo y no corrió el riesgo; de modo que empujó sus sentimientos y los mantuvo encerrados.
A diferencia de los chicos normales en la adolescencia, ella nunca asistió a fiestas de fin de semana durante la secundaria; en lugar de eso, trabajó cada fin de semana en la pista de patinaje guardando su dinero para la universidad. No era un trabajo glamuroso, pero sus padres trabajaban en dos empleos sólo para pagar las facturas del día a día, y ella sabía que la universidad no era algo que ellos pudieran permitirse. Ella veía la universidad como su manera de salir de la pobreza y estaba decidida a no terminar trabajando toda su vida sólo para conseguir juntar dos peniques de la forma en que ellos lo habían hecho. Ella valoraba todo lo que habían hecho, pero también veía como con el paso de los años disminuía el brillo en los ojos de su madre.
Después de terminar la secundaria, _______ se fue a la universidad en el norte y Harry se unió en el ejército.
Ella terminó la universidad, obtuvo su licenciatura en contabilidad y luego regresó a su ciudad natal de Texas para cuidar de sus padres y comenzar su propia empresa de contabilidad.
Estar de vuelta se sentía cómodo y tuvo la suerte de encontrar un pequeño apartamento junto a sus padres y a poca distancia de su negocio. No era mucho, pero estaba en casa. Había conocido a algunos nuevos amigos, y reavivado la relación con algunos antiguos, pero ella no había hablado con Harry desde la graduación, el día que por fin se había armado de valor para decirle que estaba enamorada de él. Él sólo le había dado un beso en la mejilla y se había alejado. Al día siguiente partió para el ejército sin ninguna palabra o explicación.
Ese fue el día en que decidió que Harry Styles estaba muerto para ella.
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Harry sólo había estado en casa desde hacía una hora y su madre ya estaba ocupada consintiéndolo y preparando todas sus comidas favoritas. Había echado de menos estar con su familia, los últimos cuatro años ahora le parecían un borrón. La casa blanca victoriana se veía igual que cuando se marchó, las fotos de la familia decoraban las salas y los trofeos de fútbol y béisbol estaban alineados sobre el escritorio en su habitación.
Al escuchar risas bajó a la cocina para ver lo que estaba pasando, y encontró a su madre y a su hermana mayor, Gemma, mirando sus viejos anuarios escolares.
—Sé que no se están riendo de mí. —Dijo Harry burlonamente mientras se inclinaba sobre su madre para ver lo que había encontrado tan gracioso.
Era genial escuchar su risa, con el estrés de la enfermedad de su padre, ella ya no reía tan a menudo como antes.
—Oh Harry, encontramos algunos de tus viejos anuarios y no podía dejar de viajar por el camino de los recuerdos. Mira la foto de ti y _______ en uno de los partidos de fútbol. Ella era una chica muy dulce.
Mirando la foto, se dio cuenta de que ese había sido el día en que había sido coronado como rey de bienvenida. La foto fue tomada justo después de recibir su corona y lo mostraba a él sosteniendo a _______, sus brazos alrededor de ella mientras su cita estaba en el fondo celosa y mirando su espalda como si estuviera clavándole una espada. Incluso en ese entonces, ella tenía prioridad en su vida sobre todo lo demás.
Hojeando las páginas, encontró varias fotos más de ellos y sonrió interiormente recordando la diversión que habían tenido. En Halloween ellos se habían disfrazado como la pareja de chocolates M&M simples y M&M con nueces. La más memorable era del día en la playa dónde ella con su minúsculo bikini amarillo consiguió que le diera un paseo por la playa a cuestas sobre su espalda. Desde ese día, su color favorito era el amarillo.
—Ella era muchas cosas, no siempre dulce —dijo recordando el fuego en sus ojos el día de la graduación cuando lo había sorprendido y había asustado toda la mierda fuera de él diciéndole que estaba enamorada de él.
Se pasó una mano por el pelo; había sido tan estúpido ese día. En ese entonces él no era bueno para ella, era un jodido niño que usaba su polla como un compás clavándola en todo lo que estuviera a la vista. Ella merecía algo mejor que eso.
Había crecido desde ese entonces, y ahora sabía que podía darle lo que merecía y necesitaba, aunque ella aún no entendiera lo que era.
—Ya sabes que ella está de vuelta en la ciudad y por lo que he escuchado, lo está haciendo muy bien. La señora Jones me dijo que tomó el antiguo edificio Jimmerson y comenzó su propia empresa de contabilidad. Sin embargo, me sorprende que no haya venido a saludarte, ella pasaba tanto tiempo aquí cuando estabais en la escuela, que casi todo el mundo pensaba que la habíamos adoptado —dijo su madre riendo, sin notar el malestar de sus hijos con la elección de ese tema.
—Voy al hospital a ver a papá y luego tengo que ver uno apartamento, vuelvo más tarde —dijo Harry mientras cogía su chaqueta, las sobras que su madre le había pedido que llevara al hospital, y salía por la puerta sin esperar a que su madre le respondiera.
Con la esperanza de que algún día volviera, sus padres habían guardado su camioneta Ford roja y la habían mantenido en condiciones de funcionar mientras él no había estado. Sonrió para sí mismo mientras giraba la llave de encendido y la ponía en marcha, le encantaba la forma en que ronroneaba cuando volvía a la vida. Anteriormente, la camioneta había pertenecido a su tío Dave, y Harry había tenido que cortar el césped y ayudar a los vecinos después de las clases para ahorrar y poder comprarse esa camioneta. Cuando se hizo cargo de ella, había necesitado muchos cuidados, pero era su orgullo y alegría.
Conduciendo a través de la ciudad, se sorprendió de lo mucho que había cambiado mientras no había estado. El antiguo cine que una vez albergó dos pantallas se había duplicado en tamaño, la plaza de la ciudad había adquirido un nuevo parque y habían abierto dos nuevas tiendas de comestibles.
Llegó al hospital, encontró una plaza de aparcamiento en la parte delantera y se dirigió dentro hasta el segundo piso, la habitación 243. Empujó la puerta lentamente y entró sorprendiéndose al encontrar a su padre viendo el fútbol con algunos amigos y admirando a las animadoras de su equipo favorito, Los Dallas Cowboy.
Habiendo esperado encontrarse con un hombre moribundo en la cama, Harry dejó escapar un suspiro de alivio y se acercó para darle un abrazo a su padre y saludar a sus amigos, la mayoría hombres que recordaba de su juventud.
Su padre se veía como una versión más vieja de sí mismo, le sorprendía lo joven que parecía su padre a los 66 años. Su pelo era oscuro y ondulado salpicado con algo de gris, sus ojos del mismo tono verde que los de sus hijos y su cuerpo tonificado y bronceado por las duras jornadas de trabajo.
—Ya era hora de que vinieras a casa y vieras a tu viejo —gruñó su padre a pesar de que sus ojos delataban su agradecimiento por poder ver a su hijo. Siempre habían estado muy unidos. Su padre era duro pero justo y Harry había ido aceptando y apreciando eso a medida que crecía. Era difícil ver a su padre enfermo, él siempre había sido la columna vertebral de la familia, la roca que lo mantenía todo junto.
—También me alegro de verte viejo. —dijo Harry mientras reía y sonreía cuando se dio cuenta de que la mesita estaba llena de fotos de la familia; de su madre, de su hermana y una de ellos pescando juntos cuando él sólo tenía ocho años. Le encantaba la pesca, ellos podían estar sentados durante mucho tiempo en el lago sin hablar y volver a casa y sentir como si supieran todo acerca del otro.
—¿Cómo lo estaba haciendo hoy tu madre? Estoy preocupado por ella, sé que el que yo esté aquí no es fácil para ella, pero es tan terca que nunca lo admitirá. Prométeme que cuidaras de ella y me mantendrás informado de lo que pase —La preocupación grabada en el rostro de su padre era evidente, era increíble la ferocidad con la que sus padres aún se amaban después de todos esos años.
—Ella lo está haciendo muy bien, hizo prácticamente todos los platos que pensó que me gustan, y yo traje algunas sobras —dijo sacando la comida y colocándola en una mesa abatible junto a la cama.
Harry odiaba los hospitales, le recordaban a la vez que se rompió la muñeca durante un partido de fútbol y le costó el resto de la temporada.
Se quedó un poco más para una pequeña charla con su padre y los otros hombres, le dio un abrazo rápido a su padre y le prometió volver al día siguiente y conseguir los detalles sobre el trabajo y todo lo que necesitaba para hacerlo funcionar.
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Toqueteando la radio mientras intentaba encontrar una emisora decente que no estuviera reproduciendo rap o triste música country sobre alguien que acaba de perder a su mujer y a su perro el mismo día, pasó su atención a la camioneta antes de causar un accidente. Encontrando finalmente una canción que no le hacía querer beber o mover la cabeza de arriba a abajo mientras se destrozaba los tímpanos, levantó la mirada antes de regresar a la carretera y darse cuenta que estaba a dos edificios de Contabilidad Anderson, el negocio de _______.
«Maldita sea, ¿ahora qué?» Se sentó allí mirando el edificio tratando de decidir si entrar o hacer lo más inteligente y marcharse. No estaba seguro de lo que iba a decirle o si estaba preparado para enfrentarla, especialmente desde que ella le había dejado claro más de una vez que no quería verlo. ¿Cómo le dices a alguien que profesa su amor por ti que te alejaste de ella por su propio bien y no sonar como un idiota?
«Huí. Huí no me alejé; no hay razón para endulzarlo ahora.»
Estaba fuera de su elemento y muy nervioso. Él nunca había sido así con nadie, y sabía que era lo que tenía que hacer exactamente si alguna vez lo perdonara.
Dejándolo en manos del destino, metió la mano en el bolsillo de sus pantalones y sacó una moneda. «Cara, entro; cruz, me marcho y espero hasta tener una idea de cómo manejar esto.»
Lanzó la moneda al aire, al bajar la tapó con una mano que fue retirando poco a poco, miró hacia abajo a la moneda como si contuviera todos los secretos del universo.
Cara, o bien el destino estaba siendo cruel o tenía un infierno de humor.