EL HOKAGE Y LA MÉDICO

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EL HOKAGE Y LA MÉDICO

Kakashi estaba sentado en un gran escritorio rodeado de papeles y de un montón de pergaminos, misiones que debían resolverse pronto. Suspiró un poco cansado, cuando aceptó ser Hokage realmente no había considerado todo el papeleo que involucraba, por supuesto que no se arrepentía, y no extrañaba las misiones, ahora le tocaba a las nuevas generaciones cumplirlas, formar su historia y convertirse en leyendas. Lo único que lamentaba era pasar casi todo el día en la oficina. Aunque claro, hasta ese detalle lo aprovechaba muy bien y había tardes muy placenteras con la compañía correcta.

Se puso de pie para intentar despejarse, el sol estaba en su punto más alto, faltaba mucho para que pudiera irse a casa, lo único que podía hacer era mirar por la ventana y distraerse un poco antes de volver a sus obligaciones. Tuvo suerte, Sakura caminaba tranquilamente y con una ligera sonrisa, seguramente iba a verlo para ayudarlo con las obligaciones de ser el Hokage. Lucía tan hermosa como siempre, segura y decidida, le alegraba que, aunque fuera por algunos momentos pudiera olvidarse de la guerra, de su carga como médico. Sakura necesitaba un descanso del Hospital, y él estaba encantado de tenerla casi todo el día a su lado, y más porque al final del día dejaban la oficina y se iban a casa tomados de la mano, paseando por las calles tranquilamente. Ella estuvo ahí cuando su rostro quedó inmortalizado en el monte Hokage, lo veían siempre que iban a casa y ella se detenía para depositar un beso en su mejilla, todos los días sin excepción. Estaba orgullosa y esa era una de las mejores sensaciones. En medio de la Guerra, con tantos héroes y leyendas, Sakura le demostraba que para ella, el hombre que admiraba, caminaba a su lado.

Sakura era su principal apoyo, había trabajado antes con la Tsunade, así que conocía mucho de los deberes y todo lo relacionado con el papeleo, pero por supuesto, lo mejor era tenerla cerca.

La médico caminaba tranquilamente hasta que se detuvo como si alguien la llamara, y efectivamente así fue, Sasuke no tardó en alcanzarla. Su relación estaba mejorando, después de todos los altibajos, de la guerra, de la pelea con Naruto, por fin habían encontrado un punto medio, uno neutral, podía verlo y hablarle tranquilamente. Aunque la conversación fue demasiado rápida, era obvio que Sakura tenía prisa, se despidió y el ninja casi pudo estar seguro de que dejó al Uchiha con la palabra en la boca. Su relación debía mejorar todavía más.

Se quedó observando por la ventana a Sasuke sorprendido por la reacción de Sakura, no terminaba de aceptar que la había perdido, aunque sabía que estaban juntos no perdía la esperanza de que fuera algo pasajero, pero cuanto más se quedaba en Konoha, más evidente se volvía el hecho de que esa pareja no era temporal. Todos esperaban silenciosamente la boda. Incluso Naruto ya se lo había preguntado, sólo Guy conocía sus planes.

-¿Hokage-sama, qué hace viendo por la ventana?- la voz de Sakura llenó toda la habitación.

-Tomar un descanso de mis obligaciones- contestó dándose la vuelta y recibiendo con una sonrisa a su ex alumna. Había cambiado tanto, su belleza no hacía más que aumentar, igual que su dedicación, su talento, su amabilidad, su dulzura y calidez -Esperaba un saludo más íntimo.

La médico sonrió y se lanzó a sus brazos. El ninja la recibió con gusto, ella era pequeña, a pesar de que había crecido, él siempre sería más alto, así que con extremada facilidad la abrazó y la cargó en el aire. Era lo mejor de la vida. La amaba profundamente.

-Mucho mejor- el ninja besó las mejillas de Sakura y dejó que ella jugueteara con su melena gris. Le encantaba cuando hacía eso, impregnaba la vida de entusiasmo, le recordaba que había muchas cosas buenas.

-¿Necesita que lo ayude con algo?

-No, sólo debo terminar de firmar algunas cosas, nada tan urgente como estar contigo.

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