Uno: Cuidarme y cuidar a los demás

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          Siempre fui una persona fuera de lo común. Nunca tuve una familia normal, amigos o un aspecto físico dentro de los estándares de belleza de todos. La gente a mí al rededor decía que era muy afortunada de tener la vida que tenía, pero en realidad no era así. Exactamente no soy una persona muy alegre o amable. Quizás sea porque los golpes de la vida me han vuelto de esta manera, pero no me quejo. Mi carácter ha evitado que la gente se burle de mí al caminar por los pasillos de la escuela o que algún idiota intente acosarme en la calle.

        Mi padre Anthony o como todos lo llaman, Tony ha sido la causa de todos mis problemas a lo largo de mi vida a pesar de haber sido la solución a muchas otras. Ser la hija de un vengador y que él ni siquiera asista a tus eventos escolares no es tan excitante como suena. Ni siquiera podría decir que tener a mi madre con vida sería una ventaja sobre lo anterior. Quizás un hermano estaría bien, pero estoy segura de que ni siquiera eso llamaría la atención de mi padre.

        A parte de eso, tengo ciertas ventajas. Me gustaría decir que yo construyo mis propias armaduras y que soy una clase de compañera para mi padre, pero lo más cerca que estoy de aquellas armaduras es ayudar a construirlas. Quizás es lo único que haga con mi padre, porque él ya nunca sale del garage. Pepper es mi mejor aliada en mi casa, ya que ella intenta que él salga de ahí más seguido. Ella no es mi madre, pero es lo más cercano que he tenido a una. A veces mi mayor sueño es que mi padre termine casándose con ella, pero hay momentos donde parece que su relación es un callejón sin salida.

        Casi nadie sabe quién es mi familia. Todos piensan que es una graciosa coincidencia que comparta apellido con el famoso vengador que evitó la gran invasión alienígena de 2012, así que mi existencia permanece como un gran secreto. Yo lo veo como un alivio, pero a veces siento que mi padre me ve como una pequeña bomba que puede estallar en cualquier momento. La razón de que sea ese gran secreto es que no soy una persona normal.

        Cuando apenas cumplía los cinco años, comencé a derribar cosas sin tocarlas. Cuando lloraba rompía cristales y poco a poco fui empeorando hasta que un día hice volar todos los muebles de la casa. El mayor accidente que causé fue en la escuela e hizo que mi vida cambiara por completo. Mi padre siempre ha cuidado de mi salud y ha procurado ayudarme a que no ocurra ningún accidente. Después de ese accidente, hice la escuela en casa hasta que estuve lo suficientemente entrenada para ir a la escuela. Ni mi padre sabe exactamente de donde obtuve mis poderes, porque pudo haber sido por mi madre o por cualquier otra cosa. Ni siquiera tienen nombre. Podría ser una mutante o tener mutaciones, pero tampoco lo sabemos. La razón de que mi existencia no sea pública es que la explotación de mis poderes podría ser un peligro mundial. Ni mi padre ni yo sabemos qué tan peligrosos sean y tampoco podemos averiguarlo.

—Cuidarte y cuidar a los demás— es lo que me repite una y otra vez.

        Claro que nunca he estado totalmente de acuerdo con ser un secreto. Podría no serlo y simplemente ocultar mis poderes, pero la verdad es que siempre he querido ser una vengadora. Ver a mi papá en la televisión con todos esos superhéroes siempre me hace soñar despierta. Me imagino algún día luchando a lado de ellos o poder siquiera tener una conversación con alguno, pero sabía que eso nunca iba a suceder. A veces me preguntaba qué pasaría si ellos supieran que existo. Quizás las cosas serían mucho más sencillas.

        Esta historia comienza a inicios de diciembre de 2013. Caminaba escaleras abajo después de ducharme mientras leía un artículo que decía que el verdadero fin del mundo predicado por los mayas, había sido el intento de invasión en Nueva York. Muchos comentarios decían que eso no tenía nada que ver aunque el año coincidiera, lo cual era totalmente cierto. Llegué hasta la cocina y abrí el refrigerador para buscar algo de comer que no fuese una manzana agria del frutero. Esperaba encontrar algo, pero solo había restos de un estofado de dos noches previas y pastel de nueces, que me daban alergia. Hice una mueca de asco al alzar la vista y comprobar que el asqueroso licuado de mi padre estaba ahí como siempre y cerré la puerta.

The Tenderness Behind the FlowerWhere stories live. Discover now