Once: Vargsangen

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Después de eso, de alguna manera me llevó hasta la cama y nos quedamos varios minutos acostados. Me acariciaba el cabello y de vez en cuando me quitaba una lágrima de la mejilla. Yo me sentía fatal. Era como si todo el progreso que había logrado en los últimos dos años desapareciera más rápido que un abrir y cerrar de ojos. Aquello que hice de pequeña pudo haber vuelto a suceder y nadie hubiera podido impedirlo.

—Vargen ylar i nattens skog, han vill men kan inte sova...— comenzó a cantar en mi oído, pero seguí llorando. De alguna manera, lograba entender la mayoría de las palabras que decía —Hungern river hans vargabuk, o det är kallt i hans stova...— se detuvo y me dio otro beso en la cabeza —Du varg. Du varg, kom inte hit, ungen min får pike...— comenzó a tararear la melodía de la canción y suspiró acomodándose —Du varg. Du varg, kom inte hit, ungen min får pike— suspiré y le tome la mano.

—Es hermosa— le dije y lo volteé a ver —¿Cómo se llama?— le pregunté. Me sonrió y me acarició la mano.

—Es una canción de cuna, es la canción del lobo— me volví a recargar sobre su pecho y miré nuestras manos —¿Qué sucede?— preguntó preocupado y una parte de mí sintió que merecía saberlo.

—Jamás se lo había contado a nadie— le dije tocando uno de sus dedos. Suspiré y me incorporé. Me senté en frente suyo y crucé las piernas. El se sentó igual que yo y bajé la mirada a mis manos, estaba muy nerviosa —Empezó hace muchos años— una lágrima salió de uno de mis ojos —Recuerdo haber estado discutiendo con un niño de mi escuela, por una tontería— reí irónicamente y comencé a jugar con mis uñas —De repente me empujó y me hizo caer al suelo. Estaba tan enfadada, que yo...— lo vi por un segundo, me seguía viendo con preocupación, pero no le aguantaba la mirada así que la volví a desviar —Yo exploté e hice que se elevara unos metros y después cayó con fuerza al pavimento— me quité una lágrima e intenté seguir hablando —Recuerdo que pensé que se lo merecía, porque empujar a una niña no es correcto. Después de eso, lo llevaron al hospital y no pude explicar cómo es que había caído cuatro metros. Pensé que solo era un golpe, pero al caer se rompió la columna y unas horas después murió— tragué saliva, no me atrevía a mirarlo —Tony lo encubrió todo y nadie jamás se enteró de que fui yo— me rompí a llorar —Tenía nueve años— se acercó a mí y me tomó de la mano —Yo, yo lo maté— me dejé caer sobre su cuerpo una vez más, pero unos segundos después me volví a incorporar —Por eso no se usar mis poderes, porque no quiero— lo miré seriamente —Cuidarme y cuidar a los demás— frunció el ceño —Me lo enseñó Tony— me pasé la mano por la nariz y luego inspiré fuertemente —Es una manera de controlar mis ataques, solo lo repito en mi cabeza— dije señalando esta.

—Eso es enfermo Violet— me dijo y lo miré extrañada —Los accidentes suceden y tú jamás aprendiste a controlar tus poderes, pero eso no significa que seas un monstruo o un fenómeno— me tomó la mano —Tú eres un ser extraordinario y nadie tiene derecho a decirte lo contrario, ¿cuidarte y cuidar a los demás?— dijo en un tono de asco. Tragué saliva, me sentía estúpida —No quiero que vuelvas a decirlo en tu vida, ¿de acuerdo?— una lágrima volvió a caer por mi mejilla, asentí. Me miró de abajo a arriba curvando una sonrisa —Ven brujita— me jaló hacia él y volvió a abrazarme.

De pronto sentí que un peso dejaba mi cuerpo. Era como si al fin estuviera en paz. La calma que sentí aquél día jamás la olvidaré. Cerré los ojos y suspiré, por primera vez me sentí normal. No podía creer que toda mi vida había creído que aquello no era normal y que estaba condenada a vivir una vida encadenada a mis poderes. Estaba plenamente feliz.

—Yo azotaba a Thor contra las paredes cuando era un niño— dijo mucho tiempo después, cuando ya no lloraba, y no pude evitar reír —Una vez lo aventé por una terraza y lo hice caer dos pisos— me tapé los ojos con las manos y seguí riendo —No es gracioso— me movió un poco, pero él también reía —No me dejaron comer dulces durante dos meses— lo miré extrañada.

The Tenderness Behind the FlowerDove le storie prendono vita. Scoprilo ora