Diez: De verde a violeta

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Caminaba por la ciudad a lado de Loki una tarde. Ya era verano, así que se sentía el pesado calor. Mis pies ya cansados, andaban por sí solos. Caminábamos a lado del puerto, cerca del Bifrost. Loki me rodeaba por la cintura y justo cuando llegamos al puente de arcoíris, se detuvo.

—¿Quieres ir?— lo miré preocupada —Ya va a anochecer, tendrás la mejor vista del mundo— le sonreí y asentí.

Suspiró y me tomó de la mano. Comenzamos a caminar lentamente, como si fuera imposible correr, pero ni siquiera quería hacerlo. El mar alrededor era tranquilo y la brisa me tocaba los tobillos. El sol comenzaba a acercarse al horizonte pintando el cielo de naranja y la luz le pegaba a Loki en el rostro. Desde mi punto de vista, esa era la mejor vista del mundo. Seguimos caminando, hasta que llegamos al Bifrost. Loki se detuvo y observó la fachada del lugar. Ahí se podían escuchar las olas estrellándose contra las rocas que rodeaban el Bifrost. Le apreté la mano y comenzamos a caminar hacia adentro. Miré el fondo del lugar y rápidamente arrebataron la mano de Loki de la mía. Volteé a ver qué había sucedido, pero era demasiado tarde. Loki estaba en el suelo boca arriba, con las manos sobre su pecho y Thor lo detenía con su pie. No pude correr hasta él, porque Tony le apuntó en el pecho y lo mató.

—Maldito mentiroso— le gritó Thor al cadáver de Loki y Tony me miró feliz.

—Iremos a casa— me sonrió y caí al suelo llorando.

Desperté gritando y todas las cosas alrededor mío cayeron al suelo. Una vez más, estaban levitando. Loki saltó hacia un lado y después intentó tocarme. Miré alrededor asustada y salté una vez más al sentir su tacto.

—Hey, tranquila— me miraba preocupado —Estás segura, estás conmigo— comencé a llorar y me dejé caer sobre sus brazos —Solo fue una pesadilla— me acarició el cabello y me pegó a su cuerpo.

Sin embargo, no era la primera pesadilla, aquello ya sucedía casi a diario y comenzaba a preocuparme. Jamás le decía lo que sucedía en mis pesadillas, con la excusa de que no lo recordaba. A pesar de aquello, jamás había visto que levantara las cosas a semejante altura. Recuerdo que cuando Loki se fue, pensaba que tenía que ver con qué dormía sola. Ahora ya sabía que no tenía nada que ver. Lo que más me preocupaba era dañar a Loki de alguna manera, o que ambos cayéramos de una gran altura.

—Lo lamento— le dije cuándo al fin terminé de llorar. Me dio un beso en la frente y se recargó sobre mi cabeza

—Yo también tenía pesadillas— dijo casi susurrando. Volteé a verlo y se separó de mi cabeza.

—¿Cuándo dejaste de tenerlas?— pregunté y me sonrió quitándome una lágrima de la mejilla.

—Cuando llegaste tú— sonreí tontamente y me volví a recargar sobre su pecho —Es en serio— dijo riendo y negué con la cabeza —Bueno, entonces es mentira— volvió a recargarse sobre mi cabeza y comenzó a jugar con mi cabello —Algún día verás como desaparecen y ni siquiera te darás cuenta— sonreí y lo rodeé con mi pierna —Oye— dijo alzando sus manos. Volteé a verlo sonriendo y alzó las cejas —Es hora de dormir— asintió afirmando lo que acababa de decir y reí. Me subí rápidamente a su cuerpo y me recargué en su pecho.

—¿Tienes miedo Loki?— suspiró sonriendo y pasando su lengua en el interior de su mejilla. En menos de un segundo, me giró y se colocó entre mis piernas. Mi sonrisa desapareció y lo miré seriamente. Puso sus manos a los lados de mi cabeza y me dedicó una media sonrisa. Sentía mi corazón latir rápidamente, como si intentara salir de mi cuerpo.

—¿Tienes miedo Violet?— susurró contra mis labios y no pude evitar morderme el inferior. Se quedó unos segundos jugando conmigo entre besarme y no hacerlo. Sus ojos estaban fijos en los míos y la tenue luz de la habitación iluminaba el lado izquierdo de su rostro. No pude aguantar más e intenté besarlo, pero se quitó sonriendo con satisfacción —Descansa— dijo alzando las cejas y regresó a acostarse a su lado de la cama.

The Tenderness Behind the FlowerOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz