7. Primer día de entrenamiento

245 38 0
                                    

Dormir era la cosa más placentera del mundo. Nada mejor que tirarse a la cama después de un largo día de trabajo o de incertidumbres, siendo el sueño una de las pocas cosas en las que las personas podían ser libres y sin ataduras, siendo la comodidad lo más importante de esta actividad...

Pero estos adolescentes estaban en una academia militar: La palabra "comodidad" no estaba escrita en el panfleto. A las quinientas horas de la mañana, en todas las habitaciones sonó una trompeta militar que hizo a todos los muchachos saltar de la cama mientras gritaban y se aferraban de sus sabanas.

—¡Quinientas horas, orugas! ¡Es su primer día en la academia T.F. y no permitiré que ustedes lo desperdicien durmiendo! —se escuchó en el altavoz, siendo que el general Aizawa era bastante escrito con cosas relacionadas con el sueño y el trabajo—. ¡Los quiero a todos con su uniforme de campo para ir a desayunar y luego comenzar la rutina! ¡El que llegué tan siquiera un minuto tardé, lo dejaré sin desayunar y lo dejaré desmayarse mientras hacemos los ejercicios! ¡¡Muévanse, ya!!

No tardaron nada y todos se alistaron lo más rápido posible, temiendo de no recibir el alimento más importante del día y de no querer sufrir los posibles gritos de su general al mando. Midoriya literalmente se cayó de su cama; Katsuki se golpeó con la pared al levantarse tan salvajemente; Ochako se dio cuenta de que su cabello era un desastre total; Yaoyorozu gritó ahogadamente y Todoroki se levantó a rastras.

El uniforme de campo se componía por una camisa de manga larga de tonalidades oscuras con unas líneas rojizas recorriendo la camisa hasta el pantalón, acompañado de unas botas militares. Todos salieron de sus habitaciones más o menos arreglados y con unas cuantas imperfecciones en la ropa.

—¡Formen filas! ¡Una de damas y otra de caballeros! —los muchachos hicieron caso a la orden y se formaron rápidamente. Las damas tenían el pelo recortado más allá de los hombros, además de que los caballeros no les llegaba más abajo de la frente y con los lados rebajados. El general Aizawa caminó enfrente de sus alumnos, mientras observaba un cronómetro—. Nada mal para su primera orden, orugas. Pero el día apenas comienza y tengo planeado unas cosas muy interesantes para su introducción a la academia: Primero a desayunar, así que síganme por detrás y no deshagan las filas.

—¡Sí, general! —exclamaron al unísono. El hombre carraspeó y caminó con su pelotón siguiéndolo por detrás, como un grupo de pichones a su mamá ganso.

El desayuno fue duro, y se supone que era una de las comidas más importante del día: Una taza de café o té, pan tostado con mantequilla de maní y una parte de un plátano. Era al menos una cuarta parte de lo que los muchachos comían regularmente con sus familias, siendo la única persona que comía más de lo regular Momo Yaoyorozu.

—¡¿Pero qué...?! ¡¿Cómo a ella le sirven un manjar de alimentos y a nosotros nos dan esto?! —exclamó Denki Kaminari sorprendido y hasta ofendido.

—Mi Don se basa en la grasa que digiero, si no ingiero grandes cantidades de nutrientes mi Don no puede ser usado correctamente —respondió la muchacha de pelo oscuro, con su mechón afilado tapándole un pedazo de la cara.

—¡Ah, vamos...! —exclamó Denki, embarrando la cara el pan sin untar.

—No te quejes, es suficiente para comenzar —susurró el chico con cabeza de cuervo Tokoyami, comiendo su plátano y llenándole poco el estómago.

—Y-Yo creo que cumple con los estándares militares de la academia... —susurró Midoriya, sintiéndose todavía inseguro de hablar con sus nuevos compañeros.

—¡Agh, pues que estándares tan apestosos...! —exclamó Kaminari, para luego sentir la mirada asesina de su general sobre él, quemándole la nuca—... Apestosamente increíbles. ¡Demonios, este desayuno sí que llena!

Izuku Midoriya: El Primer MestizoWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu