Capítulo VI.

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-Bueno, es hora del entrenamiento matutino -hablaba Goku con tranquilidad mientras se sentaba sobre su cama.

Ya era de mañana en la montaña Paozu, y como siempre el joven saiyan ya estaba más que listo para salir a realizar sus entrenamientos, bueno, ese era el plan.

Goku con serenidad movió las telas que separaban su habitación de la de Serafall para llevarse la sorpresa de que la misma no se encontraba allí.

-¿Y Sera-tan? -Goku miró los alrededores de la habitación confuso.

Ella no estaba, su cama estaba vacía y tampoco sentía su ki en ningún lugar por la allí.

-¿Dónde se habrá ido? -se preguntó el chico rascando su nuca y procediendo a salir de la casa- ¿Debería buscarla? Se puede perder por esta montaña -el chico murmuró con la mano sobre su mentón soltando un suspiro, pensar mucho no era realmente lo suyo.

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Desesperación, decepción, tristeza, preocupación, esos era los sentimientos que causaban que el corazón de Serafall Sitri se estruje.

-¿Dónde.... estoy? -las lágrimas corrían por su hermoso rostro mientras miraba el orizonte del mar, sentada en una playa con las piernas cruzadas.

Inconscientemente ella sabía, sabía que este no era su mundo, dudo desde aquel instante, desde aquel momento en el que llegó a aquella ciudad, lo suponía desde antes, pero aún así decidió tratar de confirmarlo.

Salió en medio de la noche de la casa de Goku para aquello, y voló, voló por todo el mundo buscando algo que le fuera común de su mundo, pero nada.

Revisó ciudades, muchas de ellas al rededor del mundo, pero no conocía ninguno de los nombres de dichos lugares. ¿Capital el Oeste? ¿Capital del Norte? ¿Capital del Sur? No, nada de lo que recordaba del mundo humano que conocía estaba allí, ella esperaba encontrar Japón, el país donde su hermana estaba, pero solo recibió miradas extrañas de las personas cuando preguntaba y así en muchos lugares, cada vez que decía algún nombre de algún país solo le decían que no conocían dicha nación.

Su último recurso, al final del recorrido trató de usar los círculos mágicos para ir al inframundo, y eso fue el último golpe a su corazón pues nada ocurrió. Incluso cuando dejó esto último para el final.

Y ahora llegó a esta playa, viendo como el sol lentamente salía desde el borde del mar, sola ya que aún era demasiado temprano como para que alguien venga allí.

-¿Qué debería hacer? -se preguntó ocultando su rostro entre sus piernas y suspirando con tristeza- ¿Volver con Goku-kun? Pero tampoco quiero ser una molestia para el -murmuraba con tristeza, no podía evitar sentirse sola, y no estaba tan equivocad...

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-¿Qué debería hacer? -se preguntó ocultando su rostro entre sus piernas y suspirando con tristeza- ¿Volver con Goku-kun? Pero tampoco quiero ser una molestia para el -murmuraba con tristeza, no podía evitar sentirse sola, y no estaba tan equivocada pues no estaba ni en su mundo al parecer.

Lentamente veía como el sol salía y salía mientras más y más su corazón se iba hundiendo, eso hasta que.

-¡Clap! -el sonido de unos zapatos se hizo presente detrás suyo, exaltando levemente a Serafall.

Goku x SerafallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora