Lady Jayne William estaba decidida a entregarse y a casarse con el amor de su vida, pero Lord Christian Evans, Marqués de Winchester, no tenía los mismos planes, así que sin más la rechazó haciendo que sus padres la repudiaran y exiliaran al campo.
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¡Se han casado! Y todos sabemos quiénes son la nueva pareja de este año. Y siendo sincera, no pensé que Lady Jayne William, aunque ahora de seguro prefiere ser llamada Lady Jayne Straton, se casara después de lo que pasó años atrás. Y puedo decirles, queridos lectores, que Lord Christian Evans no se ha dejado ver en la boda, pero puedo asegurarles de que si ha asistido a la recepción, aunque nadie lo vio directamente. Creo que intentaba raptar a la novia.
Y la novia hubiese estado encantada de ser raptada por su amor del pasado. ¿Qué piensan ustedes?
Revista de sociedad de Lady Kennt.
Christian y Jayne miraron a Lewis, Christian no pensaba obedecer, pero Jayne temía una desgracia.
—Christian, es lo mejor, suéltame por favor.
—Jayne…— ella le suplicó con la mirada que la soltara, pero el conde fue más rápido y se la arrebató de entre sus brazos, Christian sintió una impotencia y una ira enorme arribar por todo su cuerpo.
Lord Marcus y lord Anthony llegaron a su amigo, mientras Liviana llegaba a Jayne, pero fue frenada por el conde.
—No la quiero cerca de mi esposa, excelencia — Marcus miró al conde, no le gustó el tono que utilizó para hablarle a su mujer.
—Cuide el tono que usa para hablarse a mi esposa, Conde — dijo Marcus seriamente.
—Lo siento, excelencia, pero ustedes en mi residencia no son bien recibidos, veo que ustedes apañaron todo este teatro, y más el mismo día de nuestra boda. Esto podría considerarse un delito.
—No te preocupes, amigo, mi hijo no volverá acercarse a tu esposa — dijo Lewis mirando a Christian amenazadoramente.
—No hables por mí, padre — dijo Christian mirando a su padre de la misma forma, mientras que Marcus y Anthony lo tenían sujeto.
—Christian, por favor — Amelia trató de tranquilizarlo, evitando que las cosas llegara a mayor escala.
—Escúchala, hijo, es lo mejor — dijo su padre sonriendo sínicamente, Liviana lo miraba sin poder creer el comportamiento de un hombre que era respetado por toda la sociedad.
Jayne miraba todo sin poder hacer nada, el conde la tenía bien sujeta, hasta el punto de provocarle dolor en el brazo derecho.
—Nosotros nos iremos, tenemos una noche de bodas que consumar — dijo Jacob y a Jayne se le cristalizaron los ojos. Intentó zafarse del agarre de Jacob, pero solo consiguió hacerse más daño.
