Capítulo 19

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¿Era posible amar tanto a una persona que aún después de años, la sigues amando como si fuera la primera vez que la ves? El corazón late desenfrenado queriendo salirse del pecho por el solo hecho de tenerla cerca

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¿Era posible amar tanto a una persona que aún después de años, la sigues amando como si fuera la primera vez que la ves? El corazón late desenfrenado queriendo salirse del pecho por el solo hecho de tenerla cerca.

Christian Evans se sentía exactamente así cada vez que sus ojos chocaban con los de Jayne, y ahora teniéndola entre sus brazos, besándola, acariciándola, era como estar en el mismísimo cielo. Solo él sabía cuánto había sufrido su ausencia durante cinco años, cuando su padre lo obligó a estar lejos de la mujer que amaba. 

Aún recordaba la primera vez que la vio, ella parecía tan adorable y a la vez sexy, pensó que era un pedófilo por desear a una niña, y aún peor cuando esa niña era la hermana de sus mejores amigos. Pero fue inevitable no quedar flechado por Jayne.

—Eres tan hermosa — susurró Christian en sus labios, a esas alturas ya estaban hinchados de tanto besarlos. Poco a poco fue deshaciendo los nudos que ataban el vestido de Jayne, y a medida que lo hacía descendía por su cuello con húmedos besos que le robaban gemidos contenidos —. No te aguantes, nadie nos oirá aquí. Estamos solo nosotros y la naturaleza.

—Pero…

—Shh… No pienses en nada, solo concéntrate en mí, en nosotros, por esta vez déjame ser el protagonista de tus pensamientos.   

—¿No te has dado cuenta? Cuando estoy contigo no pienso nada más que en ti.

Aquella confección puso a Christian aún más volátil, deseoso por tenerla ya desnuda y vivir esa pasión que los consume a ambos.

Entonces Christian se recostó sobre la hierba arrastrando a Jayne junto con él y sin dejar de besarla con pasión, rodeó la cintura de ella con sus brazos e hizo que se pegara completamente a su cuerpo. Jayne sintió la erección de Christian entre sus piernas, algo que la hizo jadear entre el beso, sin timidez alguna empezó a quitarle las prendas a Christian quedando a horcajadas sobre él, Christian aprovechó la posición y empezó a acariciar los pechos de Jayne que sobresalían del vestido, y poco a poco la fue desanudando, igual que ella a él.

Estaban completamente desnudos, las caricias no paraban y la estimulación de Christian en el sexo de Jayne aumentaba a cada minuto, a esas alturas no importaba quien pudiera escuchar los altos gemidos de Jayne, ninguno aguantaba más, se necesitaban, quería unirse con urgencia.

—Christian por favor, ya no soporto más — dijo Jayne gimiendo descontrolada y retorciéndose por el intenso placer.

—¿Qué quieres? Dímelo…

—Quiero… quiero… que me penetres, ¡ya!

Y sin más miramientos Christian se introdujo en su interior soltando un fuerte gemido por parte de los dos, Christian por el placer de estar dentro de su mujer, y Jayne por el escozor y placer que sentía al mismo tiempo.

—Estás… tan apretada, tan húmeda, ¡por Dios, Jayne! No creo aguantar mucho — dijo él moviéndose poco a poco —. ¿Te duele?

—Solo un poco, después de ti, ningún hombre me ha tocado.

Lazos del pasado (Saga #2 «Amores encadenados»)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora